En una jornada histórica para el Estado de México, Héctor Macedo García se convirtió en el primer presidente del Tribunal Superior de Justicia electo por voto popular. Con apenas el 16.6% de los votos emitidos, equivalente a un magro 2% del padrón electoral, Macedo se posiciona como la nueva cabeza del Poder Judicial mexiquense. Este resultado, que refleja una participación ciudadana alarmantemente baja, pone en la mira la legitimidad del proceso.
La elección judicial del 1 de junio de 2025 marcó un hito al ser la primera vez que los mexiquenses eligieron directamente a las autoridades judiciales. Sin embargo, la euforia del momento se ve opacada por la escasa afluencia a las urnas. Solo el 13% de los ciudadanos convocados acudió a votar, un dato que críticos señalan como una señal de desinterés o desconocimiento sobre la reforma judicial impulsada por Morena.
Macedo García, respaldado por la coalición encabezada por Morena, obtuvo 272 mil votos, superando a Martha Alicia Flores Cordero, quien quedó en segundo lugar con el 12.06%, y a Erika Icela Castillo Vega, con el 10.98%. Estos números, aunque suficientes para el triunfo, reflejan una fractura en la confianza ciudadana hacia un proceso que prometía democratizar la justicia.
La reforma judicial, promovida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y respaldada por Claudia Sheinbaum, buscaba transformar el Poder Judicial al someterlo al voto popular. Sin embargo, la baja participación ha desatado críticas que cuestionan si esta iniciativa realmente representa la voluntad del pueblo o si es un movimiento estratégico para consolidar el control de Morena en las instituciones.
Otro aspecto que ha generado controversia es el uso de “acordeones” electorales, hojas con nombres de candidatos promovidos por Morena, que circularon en varios estados. Aunque no son ilegales, su distribución por parte de funcionarios públicos ha levantado sospechas sobre la imparcialidad del proceso. En el Estado de México, se reportaron 132 incidencias durante la jornada, desde boletas mojadas hasta cambios de última hora en casillas.
Maricela Reyes se perfila como la ganadora para encabezar el Tribunal de Disciplina Judicial en el estado, consolidando aún más la presencia de figuras afines a Morena en cargos clave. Este resultado refuerza la narrativa de una justicia cada vez más alineada con el partido en el poder, lo que preocupa a sectores que ven en esto un riesgo para la independencia judicial.
La jornada no estuvo exenta de problemas. En municipios como Chalco y Toluca se reportaron hechos violentos durante el día de la elección, aunque las autoridades descartan relación directa con el proceso electoral. Estos incidentes, sumados a la baja participación, pintan un panorama complejo para un ejercicio que buscaba fortalecer la confianza en el sistema judicial.
El Instituto Electoral del Estado de México reportó un avance del 99.95% en el conteo de actas, lo que confirma los resultados preliminares. Sin embargo, la legitimidad de esta elección sigue en entredicho. Voces como la de Julián Niembro Rivera, presidente de Coparmex Edomex, aseguran que la escasa participación demuestra que la reforma no fue una demanda popular, sino una imposición política.
A partir del 15 de junio, se entregarán las constancias de mayoría a los ganadores, y Héctor Macedo asumirá formalmente la presidencia del Tribunal Superior de Justicia. Su gestión será clave para determinar si esta reforma cumple con la promesa de una justicia más cercana al pueblo o si, por el contrario, profundiza las divisiones políticas en el estado.
El futuro del Poder Judicial mexiquense está en manos de figuras como Macedo y Reyes, pero la pregunta persiste: ¿es este el cambio que el Estado de México necesitaba? Los próximos años serán cruciales para evaluar si esta elección fortalece la democracia o si, como advierten los críticos, representa un paso hacia la concentración del poder.