La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se encuentra en el centro de la controversia tras ser señalada por la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, quien la acusó de instigar protestas violentas en Los Ángeles. Este martes, la mandataria mexicana salió al paso para desmentir categóricamente estas afirmaciones, calificándolas como un grave malentendido.
En un mensaje publicado en su cuenta de X, Sheinbaum aseguró que nunca ha promovido la violencia en las manifestaciones. Por el contrario, reiteró su condena a cualquier acto violento, destacando que su gobierno siempre ha abogado por la paz y el diálogo. La respuesta llega en medio de una creciente tensión diplomática entre México y Estados Unidos.
El conflicto comenzó cuando Noem, desde la Casa Blanca, afirmó que Sheinbaum había alentado las protestas en Los Ángeles, las cuales han escalado con quema de vehículos y enfrentamientos con la Guardia Nacional. Estas declaraciones se dieron en el contexto de las recientes redadas migratorias en California, que han desatado movilizaciones de la comunidad mexicana.
Sheinbaum compartió un fragmento de su conferencia matutina del lunes, donde expresó claramente su rechazo a la violencia como forma de protesta. En sus palabras, la quema de patrullas parece más un acto de provocación que de resistencia, y llamó a los mexicanos en Estados Unidos a actuar de manera pacífica y no caer en provocaciones.
La mandataria insistió en que su postura siempre ha sido defender a los mexicanos trabajadores y honestos que viven en Estados Unidos, quienes, según ella, contribuyen significativamente a la economía de ambos países. Este mensaje busca contrarrestar las acusaciones de Noem y apaciguar las críticas que han surgido en medios internacionales.
El contexto de estas protestas está marcado por las recientes operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en Los Ángeles, donde al menos 42 mexicanos fueron detenidos. Estas acciones han generado indignación en la comunidad migrante, lo que ha llevado a manifestaciones que, en algunos casos, han derivado en violencia.
Sheinbaum subrayó que el diálogo y el respeto son la mejor vía para resolver este malentendido entre México y Estados Unidos. Sin embargo, las acusaciones de Noem, respaldadas por figuras cercanas al presidente Donald Trump, han avivado el fuego de una relación bilateral ya de por sí tensa.
Por su parte, el gobierno mexicano ha intensificado los esfuerzos de sus consulados en Estados Unidos para informar a la comunidad sobre sus derechos frente a las redadas migratorias. Sheinbaum ha enfatizado que México seguirá colaborando con Estados Unidos, pero siempre bajo los principios de respeto a los derechos humanos y la legalidad.
Mientras tanto, las declaraciones de Noem han sido respaldadas por sectores ultraconservadores en Estados Unidos, quienes han criticado la presencia de banderas mexicanas en las protestas y han llegado a calificar a Sheinbaum como una amenaza. Este escenario pone a prueba la capacidad de la presidenta para manejar una crisis diplomática de alto calibre.
La situación sigue en desarrollo, y la respuesta de Sheinbaum busca no solo aclarar su postura, sino también mantener la calma en un momento donde las relaciones con el vecino del norte enfrentan nuevos desafíos. La controversia está lejos de terminar, y el mundo está atento a los próximos pasos de ambos gobiernos.