Un grupo de al menos 30 activistas, encabezados por figuras como la madre buscadora Ceci Flores y los hermanos LeBarón, ha puesto el dedo en la llaga. En una carta enviada a la presidenta Claudia Sheinbaum, exigen la renuncia inmediata de Gerardo Fernández Noroña como presidente de la Mesa Directiva del Senado. ¿La razón? Sus controvertidas palabras que, según los firmantes, han cruzado todos los límites.
Los activistas acusan a Noroña de insensibilidad y arrogancia. Sus declaraciones sobre un posible aumento en los impuestos a las remesas enviadas desde Estados Unidos han desatado una tormenta de críticas. Para muchos, estas palabras no solo son una burla, sino que amenazan el sustento de millones de familias mexicanas que dependen de estos recursos.
No es la primera vez que Fernández Noroña está en el ojo del huracán. Los firmantes de la carta señalan que sus comentarios han herido profundamente a víctimas de la violencia y a las familias de los más de 128 mil desaparecidos en México. También critican su postura frente a las protestas contra las redadas migratorias en Estados Unidos, que consideran irresponsable.
En la misiva, los activistas no se andan con rodeos. Afirman que Noroña ha alimentado un clima de hostilidad que pone en riesgo a los migrantes mexicanos. Sus palabras, dicen, han sido interpretadas como una provocación por legisladores estadounidenses, lo que incluso llevó a un senador republicano a proponer un incremento del 5% en el impuesto a las remesas.
Ceci Flores, una de las voces más destacadas entre los firmantes, compartió la carta en redes sociales. En su mensaje, subrayó que las acciones de Noroña son un atentado contra el dolor de las víctimas en México. “Su burla no solo causa dolor, ahora la tendrán que pagar nuestros hermanos que trabajan en Estados Unidos”, escribió la activista.
La carta también hace un llamado directo a la presidenta Sheinbaum. Los activistas le piden que actúe con firmeza y exija la renuncia de Noroña, no solo de la presidencia del Senado, sino también de su escaño como senador. Argumentan que su conducta es incompatible con los valores del gobierno que ella representa.
Para los firmantes, las acciones de Noroña han dañado la confianza en las instituciones mexicanas. Lo acusan de dividir en lugar de unir, de herir en lugar de apoyar. “El pueblo pone, el pueblo quita”, sentencian en el documento, dejando claro que no tolerarán más agravios.
La polémica no ha pasado desapercibida. Incluso la senadora panista Lilly Téllez se sumó a las críticas, exigiendo la destitución inmediata de Noroña. Según ella, sus declaraciones irresponsables tendrán consecuencias graves para las familias mexicanas y para la economía del país.
Mientras tanto, Fernández Noroña ha respondido a las acusaciones. En un intento por defenderse, aseguró que se trata de una campaña de la derecha en su contra. Sin embargo, los activistas insisten en que sus palabras han causado un daño irreparable y que no puede seguir representando al pueblo de México.
La pelota está ahora en la cancha de Claudia Sheinbaum. La respuesta de la presidenta será crucial para calmar las aguas o avivar aún más este escándalo que sacude al Senado. Por lo pronto, la exigencia de los activistas resuena fuerte: Fernández Noroña debe irse.