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Dos adolescentes desaparecidas en Bocoyna son encontradas sanas y salvas

En un operativo que mantuvo en vilo a la comunidad, dos adolescentes de 15 años, identificadas con las iniciales M.L.L.R. y R.A.S.E., fueron localizadas sanas y salvas en el municipio de Janos, Chihuahua, tras varios días de búsqueda. Las jóvenes, reportadas como desaparecidas en Creel, Bocoyna, habían dejado sus hogares en busca de oportunidades laborales, desatando la preocupación de sus familias y autoridades.
La desaparición de las adolescentes fue denunciada el pasado 2 de junio, cuando sus familiares acudieron a la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género y a la Familia. Desde ese momento, se activó el Protocolo Alba, un mecanismo diseñado para agilizar la búsqueda de mujeres y niñas desaparecidas en situaciones de riesgo.
Las investigaciones llevaron a los agentes a rastrear diversos puntos del estado. Finalmente, las adolescentes fueron encontradas en Janos, un municipio conocido por sus actividades agrícolas. Según las autoridades, las jóvenes se habían trasladado hasta ese lugar con la intención de trabajar en la pizca de cebolla, una actividad común en la región.
Durante las entrevistas con el Ministerio Público, las adolescentes declararon que su ausencia fue voluntaria y que no fueron víctimas de ningún delito. Este detalle, aunque alivia la preocupación inicial, pone en la mesa la vulnerabilidad de los jóvenes que buscan oportunidades laborales sin el conocimiento o apoyo de sus familias.
La Fiscalía destacó la importancia del Protocolo Alba en este caso, ya que permitió coordinar esfuerzos entre distintas corporaciones para lograr la localización de las menores en un tiempo relativamente corto. Este protocolo, implementado en varias entidades del país, busca garantizar la seguridad de mujeres y niñas en contextos de desaparición.
El caso de estas adolescentes no es aislado en Chihuahua, donde las desapariciones, especialmente en regiones como la zona noroeste, han sido un problema persistente. La localización de M.L.L.R. y R.A.S.E. representa un alivio, pero también un recordatorio de los retos que enfrenta la región en materia de seguridad y protección a los menores.
Las autoridades no reportaron detenciones ni indicios de que las jóvenes hubieran estado en peligro durante su ausencia. Sin embargo, el hecho de que dos menores de edad hayan decidido dejar sus hogares para buscar trabajo refleja las dificultades económicas y sociales que persisten en comunidades como Creel.
La reintegración de las adolescentes a sus familias se llevó a cabo bajo la supervisión de la Fiscalía, asegurando que ambas se encuentren en buen estado de salud físico y mental. Este desenlace, aunque positivo, deja preguntas abiertas sobre la necesidad de programas que apoyen a los jóvenes en situación de vulnerabilidad.
La comunidad de Bocoyna, al igual que otras en Chihuahua, enfrenta el desafío de ofrecer alternativas a los adolescentes para evitar que tomen decisiones que puedan ponerlos en riesgo. Casos como este resaltan la importancia de fortalecer las redes de apoyo y vigilancia en las zonas rurales del estado.
Este operativo exitoso es un paso adelante, pero también un llamado a la reflexión sobre las condiciones que llevan a los jóvenes a tomar caminos inciertos en busca de un mejor futuro. La colaboración entre autoridades y sociedad sigue siendo clave para proteger a los más vulnerables.

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