La tranquilidad de Linares, Nuevo León, se vio sacudida tras la detención de Ernesto N, director de la Policía Municipal, acusado de un delito grave: desaparición forzada. La Fiscalía General de Justicia del estado confirmó que el arresto se llevó a cabo en un operativo conjunto con Fuerza Civil, en medio de una creciente crisis de seguridad en el municipio.
El caso que desató esta acción está relacionado con la desaparición de Juan Jesús Padrón Gómez, un hombre detenido por policías municipales el pasado 3 de abril. Desde entonces, su familia no ha tenido noticias de su paradero, lo que levantó sospechas sobre la actuación de las autoridades locales.
La investigación tomó un giro drástico el viernes 7 de junio, cuando la Fiscalía cateó las instalaciones de la Policía de Linares. Durante la inspección, se revisaron cámaras de seguridad y se entrevistó a personal presente en el momento de los hechos, confirmando irregularidades que apuntan a la responsabilidad del director.
La detención de Ernesto N no fue un hecho aislado. Días antes, la crisis en Linares se intensificó con el asesinato del secretario del Ayuntamiento, Juan Pulido Díaz, baleado frente a su domicilio en la colonia La Moderna. Este crimen, ocurrido el sábado 7 de junio, evidenció la fragilidad de la seguridad en el municipio.
Ante estos acontecimientos, Fuerza Civil asumió el control total de la seguridad en Linares. El gobernador Samuel García señaló que la medida se tomó tras detectar que elementos de la Policía Municipal actuaban fuera de la ley, lo que agrava las sospechas sobre una posible infiltración del crimen organizado en la corporación.
El caso de Juan Jesús Padrón Gómez no es el único que ha encendido las alarmas. En mayo, otro joven, Andy Muñoz, fue secuestrado afuera de las instalaciones policiales por un grupo armado, lo que refuerza las acusaciones de colusión entre autoridades y delincuentes.
La desaparición forzada, un delito que implica la privación de la libertad por parte de agentes del Estado, coloca a las víctimas fuera de la protección de la ley, dejando a sus familias en la incertidumbre. En Linares, este tipo de casos ha generado una profunda desconfianza hacia las instituciones.
La detención del director de la Policía Municipal representa un golpe a la estructura de seguridad local, pero también pone en evidencia los retos que enfrenta Nuevo León para garantizar la justicia. Las investigaciones continúan, y las autoridades prometen esclarecer los hechos.
Mientras tanto, los habitantes de Linares viven con temor, atrapados en una ola de violencia que no da tregua. La falta de acción efectiva para frenar la inseguridad mantiene al municipio en el ojo del huracán.
El futuro de la seguridad en Linares dependerá de la capacidad de las autoridades estatales para limpiar las corporaciones y devolver la confianza a la ciudadanía. Por ahora, el caso de Ernesto N es un recordatorio de que la lucha contra la impunidad está lejos de terminar.

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Detienen a director de la policía de Linares por desaparición forzada en Nuevo León
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