La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que asistirá a la Cumbre del G7 en Canadá, un evento que reúne a las principales economías del mundo. La mandataria, invitada por el primer ministro canadiense Mark Carney, viajará la próxima semana a Kananaskis, Alberta, para participar en reuniones clave del 16 al 17 de junio. Este viaje marca su segundo desplazamiento internacional desde que asumió la presidencia, tras su asistencia al G20 en Brasil.
Sorprendentemente, Sheinbaum decidió viajar en avión comercial, una decisión que contrasta con los lujos de administraciones pasadas. Según sus declaraciones, no hay vuelos directos, por lo que el trayecto incluirá escalas, lo que podría complicar su agenda. La presidenta destacó que México no forma parte del G7, pero fue invitado como país especial, una oportunidad que el gobierno de Morena busca aprovechar.
El anuncio se dio durante su conferencia matutina, donde también reveló que espera sostener reuniones bilaterales, incluyendo una posible con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Este encuentro, de concretarse, sería el primero cara a cara entre ambos líderes, en un momento de tensiones por la revisión del T-MEC y los aranceles impuestos por la administración estadounidense.
La invitación a Sheinbaum llega en un contexto complicado para México. La relación con Estados Unidos, especialmente en temas comerciales, está bajo presión debido a las políticas proteccionistas de Trump. Expertos señalan que la presencia de la presidenta en el G7 podría ser una estrategia para fortalecer la posición de México frente a las negociaciones del tratado comercial con Canadá y Estados Unidos.
El Consejo Empresarial de Canadá, liderado por Goldy Hyder, habría impulsado la invitación a Sheinbaum, destacando su gestión y su capacidad para dialogar con Trump. Sin embargo, no está claro qué tan efectiva será esta reunión, ya que las posturas del presidente estadounidense han generado incertidumbre en la región.
Sheinbaum, fiel al discurso de austeridad de Morena, enfatizó que su viaje no implicará gastos excesivos. Sin embargo, críticos cuestionan si esta decisión de usar un vuelo comercial es una maniobra para reforzar su imagen pública, mientras el país enfrenta retos internos como la inseguridad y la crisis económica.
La Cumbre del G7 abordará temas globales como la seguridad energética, la transición digital y el desarrollo económico. México, como invitado, buscará posicionarse como un actor relevante en estas discusiones. No obstante, la atención estará puesta en cómo Sheinbaum manejará las conversaciones con líderes mundiales, especialmente con Trump, en un escenario de alta presión diplomática.
El viaje de Sheinbaum no está exento de polémica. Mientras el gobierno de Morena presume austeridad, algunos sectores critican que la presidenta priorice eventos internacionales en lugar de atender problemas urgentes en México. La inseguridad, los recortes presupuestales y las tensiones con otros países, como España, siguen generando debate.
La posible reunión con Trump será un punto clave. Las políticas arancelarias del presidente estadounidense han puesto en jaque el comercio en América Latina, y México no es la excepción. Sheinbaum tendrá que navegar un terreno diplomático delicado para defender los intereses del país sin ceder ante presiones externas.
Por ahora, el viaje de Sheinbaum al G7 se presenta como una oportunidad para proyectar a México en el escenario global, pero también como un desafío para un gobierno que enfrenta críticas internas. La pregunta es si esta participación fortalecerá su liderazgo o si será vista como un distractor ante los problemas nacionales.

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¡SHEINBAUM AL G7 EN AVIÓN COMERCIAL! ¿QUÉ HAY DETRÁS DE SU VIAJE A CANADÁ?
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