La ciudad de Los Ángeles vive momentos de tensión tras cuatro días consecutivos de protestas masivas desencadenadas por redadas migratorias ordenadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Todo comenzó el viernes pasado, cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) arrestó a al menos 44 personas en barrios como Westlake, el centro y el sur de la ciudad, generando una respuesta inmediata de la comunidad.
Las manifestaciones, que han reunido a cientos de personas, incluyendo familias con niños, no se limitaron a Los Ángeles. Durante el fin de semana, las protestas se extendieron a otras ciudades de California, como San Francisco, donde más de 150 personas fueron detenidas el domingo por la noche. En Nueva York, 24 manifestantes fueron arrestados tras protestar en la Torre Trump contra las políticas migratorias del presidente.
El despliegue de más de 2,000 soldados de la Guardia Nacional, ordenado por Trump, ha intensificado el conflicto. Esta decisión, tomada sin la autorización del gobernador de California, Gavin Newsom, marcó la primera vez en 60 años que se envían tropas federales a un estado sin el consentimiento de su gobierno local. Las autoridades locales han calificado esta acción como una escalada innecesaria.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, defendió el derecho a la protesta pacífica y llamó a evitar la violencia. En un mensaje claro, destacó el legado de la ciudad en la defensa de los derechos de los inmigrantes y pidió no caer en provocaciones que puedan justificar más represión. Bass subrayó que Los Ángeles siempre apoyará a quienes consideran la ciudad su hogar.
Por su parte, Trump describió a Los Ángeles como una ciudad “invadida y ocupada por inmigrantes ilegales y criminales”. En un comunicado, aseguró que las protestas refuerzan su determinación de continuar con las deportaciones masivas, una de sus principales promesas de campaña durante su segundo mandato.
El gobernador Newsom, en un abierto desafío al presidente, calificó el despliegue de tropas como ilegal y anunció una demanda contra la administración federal. Según Newsom, la presencia de la Guardia Nacional solo ha agravado las tensiones, generando más disturbios en una ciudad que ya enfrenta un clima de indignación.
Las redadas, que incluyeron operativos en negocios como tiendas Home Depot y el distrito de la moda, han sido criticadas por organizaciones de derechos humanos. Activistas denuncian que los arrestos, realizados con equipo táctico y sin órdenes judiciales en algunos casos, buscan sembrar terror en las comunidades migrantes, muchas de las cuales son esenciales para la economía de California.
En Paramount, un barrio donde el 36% de los residentes son inmigrantes, las protestas han sido especialmente intensas. Vecinos como Beatriz Feliz, ciudadana estadounidense de raíces mexicanas, han salido a las calles junto a sus familias para defender a la comunidad migrante. “No podemos tolerar que militaricen la ciudad en lugar de invertir en lo que realmente importa”, afirmó.
El conflicto ha generado reacciones internacionales. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, exigió que los procedimientos migratorios respeten el debido proceso y la dignidad humana, tras confirmar que al menos 35 mexicanos están entre los detenidos. Organizaciones como Human Rights Watch también han criticado el uso de fuerza policial contra manifestantes y periodistas.
Mientras las protestas continúan, California evalúa medidas legales para frenar el despliegue de tropas federales. El ambiente sigue cargado de tensión, con bloqueos en autopistas, vehículos incendiados y enfrentamientos que reflejan la profunda división sobre el tema migratorio en Estados Unidos.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
Protestas masivas sacuden Los Ángeles por redadas migratorias de Trump
Compartir: