El Estadio Corona en Torreón se vistió de fiesta este domingo 8 de junio para rendir un merecido homenaje a Oswaldo Sánchez, uno de los porteros más icónicos del fútbol mexicano. El evento, un partido de leyendas entre Santos Laguna y Chivas, reunió a miles de aficionados que celebraron la trayectoria del exguardameta.
Santos Laguna, club donde Sánchez brilló entre 2007 y 2014, organizó este encuentro especial. Durante su paso por los Guerreros, Oswaldo se consolidó como capitán y líder, guiando al equipo a dos títulos de Liga MX en los torneos Clausura 2008 y Clausura 2012. Su legado en la Comarca Lagunera es imborrable.
El partido enfrentó a exjugadores emblemáticos de ambos clubes. Por Santos, figuras como Oribe Peralta, Matías Vuoso, Daniel Ludueña y Darwin Quintero deleitaron a la afición. Chivas, por su parte, contó con nombres como Adolfo “Bofo” Bautista, Ramón Morales y Carlos Salcido, quienes compartieron cancha con Sánchez en distintas etapas.
Oswaldo, visiblemente emocionado, jugó el primer tiempo con Santos y el segundo con Chivas, un guiño a su historia con ambos equipos. A sus 51 años, el exportero mostró destellos de su calidad, aunque él mismo bromeó sobre no estar en su mejor forma física. La afición, sin embargo, lo ovacionó en cada intervención.
El evento no solo fue un partido de fútbol, sino una celebración de la nostalgia. Los aficionados revivieron momentos gloriosos del fútbol mexicano, coreando los nombres de sus ídolos. La directiva de Santos destacó la importancia de honrar a quienes forjaron la historia del club.
Entre las actividades adicionales, hubo regalos para los asistentes y una ceremonia especial en el medio tiempo para reconocer la carrera de Sánchez. El ambiente festivo se sintió en cada rincón del Territorio Santos Modelo, con cánticos y aplausos que resonaron durante todo el encuentro.
Alejandro Irarragorri, presidente de Santos, resaltó el liderazgo de Oswaldo, recordando cómo ayudó al equipo a evitar el descenso en 2007. Para muchos, ese momento marcó el inicio de una era dorada para los laguneros, consolidando a Sánchez como un “Santo Inmortal”.
El homenaje cerró con un túnel de aplausos para Oswaldo, un gesto que erizó la piel de los presentes. La jornada dejó claro que, más allá de los goles, el fútbol es capaz de unir generaciones y mantener viva la pasión por los colores.