Las exportaciones mexicanas de carne de res hacia Estados Unidos han sufrido un golpe significativo, registrando una caída del 7% anual, alcanzando solo 89 mil 100 toneladas métricas hasta la semana 22 del 2025. Este descenso se debe al cierre de la frontera impuesto por Washington, motivado por la presencia del gusano barrenador en el sur de México, una plaga que ha generado preocupación en el sector ganadero.
Según el Consejo Nacional Agropecuario, en la semana del 2 al 8 de junio de 2025, las exportaciones semanales de carne de res a Estados Unidos disminuyeron un 3%, con un volumen de apenas 3 mil 900 toneladas métricas. Este dato refleja una tendencia preocupante para los productores mexicanos, que enfrentan no solo restricciones comerciales, sino también un aumento en los precios del ganado.
El cierre fronterizo, vigente desde hace casi un mes, ha impactado directamente la exportación de ganado en pie. México ha dejado de enviar unas 5 mil 700 cabezas de ganado diarias, lo que se traduce en pérdidas comerciales de más de 11 millones de dólares al día, según Alonso Fernández Flores, presidente de la Asociación Nacional de Establecimientos Tipo Inspección Federal.
En Estados Unidos, las importaciones de carne fresca de res también han disminuido, cayendo un 8% respecto a la semana anterior, con un total de 33 mil 200 toneladas métricas. Este descenso se produce en un contexto donde los precios del ganado en el mercado estadounidense se mantienen al alza, aunque el corte Choice ha mostrado una ligera baja.
El Consejo Nacional Agropecuario ha señalado que el mercado podría estar alcanzando su pico estacional, lo que podría llevar a una disminución en los precios de la carne a corto plazo. Esto, combinado con el alto costo del ganado, podría presionar aún más los márgenes de los empacadores, generando incertidumbre en la industria cárnica.
A pesar de las dificultades, hay señales de optimismo. La reducción del 75% en los casos de gusano barrenador ha generado expectativas de una pronta reapertura de la frontera. Esta plaga, que había sido erradicada hace 34 años, ha requerido una inversión significativa en servicios sanitarios, con costos actuales que ascienden a 120 millones de pesos.
La industria cárnica mexicana enfrenta un panorama complejo. La combinación de restricciones fronterizas, aumento en los precios del ganado y la plaga del gusano barrenador ha generado un entorno de incertidumbre para los productores. Sin embargo, los esfuerzos conjuntos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria y su contraparte estadounidense buscan controlar la situación.
El impacto económico es innegable. La interrupción en las exportaciones de ganado en pie, que anualmente alcanza el millón 250 mil cabezas, limita la movilidad de los animales destinados a la engorda en Estados Unidos. Esto podría tener repercusiones a largo plazo en la cadena de suministro y en la competitividad del sector.
Mientras tanto, en México, los precios nacionales de la carne se mantienen estables, sin caídas drásticas, y la demanda interna continúa. Esto ofrece un respiro temporal a los productores, pero la incertidumbre sobre la reapertura de la frontera sigue siendo un factor crítico para la recuperación del sector.
La situación refleja los desafíos del comercio internacional en un contexto de crisis sanitaria. La colaboración entre México y Estados Unidos será clave para superar las restricciones y restaurar el flujo de exportaciones, un pilar fundamental para la economía ganadera mexicana.

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Exportaciones de carne de res a EE.UU. caen un 7% por cierre fronterizo y plaga del gusano barrenador
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