Una explosión sacudió la base aérea de Kadena, ubicada en la isla de Okinawa, al sur de Japón, dejando al menos cuatro soldados japoneses heridos. El incidente ocurrió en una instalación destinada al almacenamiento de municiones sin detonar, muchas de ellas provenientes de la Segunda Guerra Mundial.
El estallido se registró a las 11:30 de la mañana, hora local, en un almacén temporal de la base, que es operada conjuntamente por fuerzas estadounidenses y japonesas. Los soldados heridos, todos de nacionalidad japonesa, sufrieron lesiones principalmente en las manos, aunque las autoridades han confirmado que no están en peligro de muerte.
Según reportes iniciales, el accidente ocurrió mientras un equipo especializado en desactivación de explosivos realizaba tareas de mantenimiento. Uno de los artefactos detonó de forma inesperada durante una inspección, posiblemente al intentar remover óxido para analizarlo.
La base de Kadena, situada entre los pueblos de Kadena y Chatan, es una de las instalaciones más importantes de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en la región de Asia-Pacífico. También alberga unidades de las Fuerzas de Autodefensa de Japón, lo que la convierte en un punto estratégico clave.
El Ministerio de Defensa japonés ya ha iniciado una investigación para determinar las causas exactas del incidente. Por el momento, no se han reportado daños estructurales significativos en la base, y las autoridades han descartado la participación de personal militar estadounidense en el suceso.
Este incidente revive el debate sobre la seguridad en las bases militares estadounidenses en Japón, especialmente en Okinawa, donde se concentra el 70% de las instalaciones militares de Estados Unidos en el país. La isla, escenario de una de las batallas más cruentas de la Segunda Guerra Mundial, aún enfrenta el desafío de manejar cientos de toneladas de municiones sin detonar.
En octubre de 2023, un evento similar ocurrió en un aeropuerto comercial en el sur de Japón, cuando una bomba estadounidense de la Segunda Guerra Mundial explotó, causando un cráter y la cancelación de vuelos. Estos incidentes subrayan los riesgos que aún persisten en la región.
Equipos de emergencia respondieron rápidamente para atender a los heridos y asegurar la zona. Las autoridades locales han enfatizado que la instalación está diseñada para garantizar la seguridad de la población, pero el accidente ha generado preocupación entre los habitantes cercanos.
El Estado Mayor Conjunto de Japón está verificando si una quinta persona podría haber resultado afectada, aunque no hay confirmación oficial al respecto. La investigación en curso buscará esclarecer si hubo fallos operativos o estructurales que desencadenaron la explosión.
Este suceso pone en el centro de la atención los desafíos de manejar artefactos históricos en un contexto de alta actividad militar, en una región marcada por su relevancia geopolítica y su pasado bélico.