Un nuevo caso de fraude sacude a los beneficiarios de los programas del Bienestar en la Ciudad de México. En Iztapalapa, un sujeto se hizo pasar por promotor de apoyos sociales para engañar a una adulta mayor, robándole sus datos personales y vaciando su cuenta bancaria. El caso, denunciado por el periodista Carlos Jiménez, expone una modalidad de estafa que pone en riesgo a los más vulnerables.
El delincuente, según reportes, llegó a una unidad habitacional ofreciendo supuestos apoyos económicos del programa federal. Con engaños, solicitó información personal y fotografió a la víctima, una mujer de la tercera edad, bajo el pretexto de registrarla para recibir beneficios. La realidad era otra: usó esos datos para acceder a su cuenta en Banco Azteca y realizar un retiro no autorizado.
Este tipo de fraudes no es nuevo, pero su impacto es devastador, especialmente para los adultos mayores que dependen de las pensiones del Bienestar. La Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Fiscalía de la Ciudad de México ya investigan el caso, pero la falta de acción preventiva del gobierno federal genera preocupación entre la población.
Las autoridades han alertado que nadie está autorizado a pedir datos personales o tomar fotografías a nombre de los programas del Bienestar. Sin embargo, los estafadores aprovechan la confianza de las personas y la falta de información clara para cometer estos delitos. Este caso evidencia la vulnerabilidad de los beneficiarios ante tácticas cada vez más sofisticadas.
El periodista Carlos Jiménez difundió un video del momento del fraude, mostrando cómo el sujeto manipuló a la víctima. La grabación ha generado indignación en redes sociales, donde los usuarios exigen mayor vigilancia y castigos más severos para los responsables de estos crímenes.
La Secretaría del Bienestar ha reiterado que los trámites de sus programas son gratuitos y que cualquier solicitud de datos fuera de los canales oficiales debe ser considerada sospechosa. Aún así, la ausencia de campañas efectivas de información deja a muchos beneficiarios expuestos a estos engaños.
La Policía Cibernética de la Ciudad de México ha pedido a la ciudadanía reportar cualquier actividad sospechosa. Los números oficiales para denuncias son públicos, pero la respuesta de las autoridades suele ser lenta, lo que agrava la desconfianza en las instituciones encargadas de proteger a la población.
Este caso pone en evidencia los fallos en la seguridad de los programas sociales del gobierno federal. Mientras los delincuentes encuentran nuevas formas de explotar las debilidades del sistema, los beneficiarios, especialmente los más vulnerables, pagan las consecuencias de la inacción.
La investigación sigue en curso, pero hasta el momento no hay detenidos. La ciudadanía espera que las autoridades actúen con rapidez para identificar al culpable y evitar que más personas caigan en estas trampas. La seguridad de los beneficiarios del Bienestar debería ser una prioridad, pero los hechos demuestran que aún hay mucho por hacer.
Este tipo de estafas no solo roba dinero, sino también la confianza en los programas diseñados para apoyar a quienes más lo necesitan. La población exige respuestas y medidas concretas para proteger a los beneficiarios de estos fraudes.