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Encuentran evidencia clave en caso de feminicidio que sacude Chihuahua

Un hallazgo estremecedor en la investigación del asesinato de la maestra Lucero Zapién ha puesto en el centro de la atención a Gustavo Ch., su ex pareja sentimental. En un cateo realizado en la vivienda del sospechoso en Jiménez, Chihuahua, las autoridades encontraron zapatos con rastros de sangre pertenecientes a la víctima, una prueba que fortalece las acusaciones en su contra.
El Ministerio Público presentó esta evidencia ante el juez, consolidándola como uno de los elementos principales para mantener a Gustavo Ch. bajo prisión. Según familiares de la víctima, la participación del acusado en el feminicidio es innegable, y ahora esperan que se imponga un castigo ejemplar para el responsable de este crimen que ha conmocionado al estado.
Lucero Zapién, maestra de la Escuela Normal Experimental Miguel Hidalgo, fue encontrada sin vida el pasado 20 de mayo en su domicilio en Parral. Su cuerpo presentaba signos de violencia extrema: estrangulamiento, golpes en la cabeza con un objeto contundente y una herida por arma blanca en el cuello, según reportes de las autoridades.
La investigación ha revelado un historial de violencia constante por parte de Gustavo Ch. hacia la víctima. Meses antes de su asesinato, Lucero había denunciado a su ex pareja por agresiones físicas y psicológicas, e incluso por un intento de feminicidio en el que le roció gasolina. Sin embargo, las autoridades lo dejaron en libertad bajo medidas cautelares que no se cumplieron.
El caso ha generado indignación, especialmente por las aparentes omisiones de la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razón de Género. El colectivo feminista Atenea ha exigido una investigación a fondo contra la fiscalía, señalando que su falta de acción permitió que el crimen ocurriera, a pesar de las advertencias previas de la víctima.
Videos de cámaras de seguridad, tanto del sistema Centinela como de vecinos, han sido fundamentales en el caso. Las grabaciones muestran a Gustavo Ch. en el domicilio de Lucero el día del asesinato, e incluso se le observa intentando huir en la camioneta de la víctima, chocando contra la cochera eléctrica en un intento fallido de escapar.
Además de los zapatos con sangre, otras pruebas incriminatorias incluyen el hallazgo del celular y las llaves de la camioneta de Lucero en un depósito de basura en la secundaria donde trabajaba el acusado. Rastros de sangre y material genético en el vehículo del sospechoso también lo vinculan directamente con el crimen.
El caso de Lucero Zapién ha sido llevado a la tribuna del Congreso de Chihuahua por el diputado Francisco Sánchez, quien destacó las fallas en la respuesta de las autoridades. La denuncia previa de la víctima fue clasificada como violencia familiar en lugar de un intento de feminicidio, lo que permitió que el agresor continuara libre.
La detención de Gustavo Ch. se realizó el 30 de mayo en El Fuerte, Sinaloa, tras una investigación de la Fiscalía General del Estado. Actualmente, el acusado enfrenta un proceso penal, mientras la sociedad chihuahuense exige justicia para Lucero y un alto a la violencia contra las mujeres.
Este feminicidio ha reavivado el debate sobre la efectividad de las instituciones en proteger a las víctimas de violencia de género. La tragedia de Lucero Zapién refleja un problema estructural que sigue cobrando vidas, dejando un profundo dolor en su familia, amigos y la comunidad educativa de Parral.

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