La Coalición de la Flotilla de la Libertad denunció que los tripulantes fueron “secuestrados” por fuerzas israelíes durante la madrugada. Según la organización, el barco fue interceptado a las 3:02 de la mañana, hora de Europa Central, a unas 120 millas de cualquier frontera marítima. Los activistas, provenientes de países como Suecia, España, Brasil, Turquía y Francia, intentaban romper el bloqueo naval impuesto por Israel sobre Gaza.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel confirmó que el barco atracó en Asdod alrededor de las 21:00 hora local. Las autoridades aseguraron que los pasajeros estaban siendo sometidos a exámenes médicos para verificar su estado de salud. Además, indicaron que los activistas serán deportados a sus países de origen en los próximos días, una medida que ya había sido anticipada por el equipo legal de la Flotilla.
Entre los tripulantes se encontraba el español Sergio Toribio, un activista con más de 35 años residiendo en La Rioja. En un video pregrabado, Toribio pidió presión al gobierno español para exigir su liberación en caso de ser interceptado. Otros activistas, como el brasileño Thiago Ávila, también compartieron mensajes denunciando la intervención militar, calificándola como un “crimen de guerra”.
La Flotilla de la Libertad es una iniciativa internacional que, desde 2010, organiza misiones marítimas para denunciar el bloqueo a Gaza y llevar ayuda humanitaria. En esta ocasión, el Madleen transportaba suministros esenciales como fórmula para bebés, arroz, harina y material médico. La organización subrayó que su objetivo era visibilizar la crisis humanitaria en Gaza, donde miles enfrentan hambre debido a las restricciones impuestas.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, felicitó al ejército por la “rápida y segura” captura del barco. Katz ordenó mostrar a los activistas un video sobre los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 al llegar a Asdod, y calificó la misión como una “provocación mediática”. Por su parte, Hamás condenó la intercepción, describiéndola como “terrorismo de Estado” y un ataque a la solidaridad internacional.
La abogada palestino-estadounidense Huwaida Arraf, organizadora de la Flotilla, calificó la detención de los activistas como “arbitraria e ilegal”. Argumentó que Israel no tiene autoridad legal para interceptar un barco en aguas internacionales ni para detener a los voluntarios. La organización Adalah, que representa a los activistas ante cortes israelíes, también denunció la acción como una violación del derecho internacional.
Varios gobiernos, incluyendo España, Francia y Brasil, han solicitado explicaciones a Israel sobre la detención de sus nacionales. En España, el Ministerio de Asuntos Exteriores convocó al representante israelí para protestar por el abordaje. Mientras tanto, en el puerto de Asdod, se reunieron tanto defensores como detractores de la Flotilla, reflejando la polarización que genera este conflicto.
La relatora de la ONU para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, pidió al Reino Unido, país bajo cuya bandera navegaba el Madleen, que exija la liberación inmediata del barco y su tripulación. Albanese perdió comunicación con la embarcación durante el asalto, lo que incrementó las preocupaciones sobre la seguridad de los activistas.
Este incidente reaviva el debate sobre el bloqueo israelí a Gaza, vigente desde 2007, y las restricciones al acceso de ayuda humanitaria. La Flotilla de la Libertad, pese a los riesgos, continúa su misión de desafiar estas medidas, buscando generar conciencia global sobre la situación en el enclave palestino.