En un operativo conjunto en el Estado de México, autoridades de la Ciudad de México y locales capturaron a una pareja señalada por su presunta participación en el secuestro de migrantes centroamericanos. La detención ocurrió en Chalco, donde Edith y Alfonso “N” fueron sorprendidos mientras mantenían privadas de la libertad a varias personas, exigiendo fuertes sumas de dinero a sus familias para liberarlas.
El caso, que ha generado indignación, pone en evidencia la alarmante situación de inseguridad que enfrentan los migrantes en su paso por México. Según las investigaciones, los detenidos estarían vinculados a una red criminal que opera desde hace meses, aprovechándose de la vulnerabilidad de quienes buscan llegar a Estados Unidos.
El operativo se llevó a cabo tras un seguimiento de inteligencia que permitió ubicar una casa de seguridad en Chalco. Ahí, las autoridades encontraron a las víctimas, en su mayoría originarias de países centroamericanos como Honduras, Guatemala y El Salvador. Las condiciones en las que eran retenidas eran deplorables, según informes policiales.
Además de la pareja, un joven de 18 años fue detenido en el mismo lugar. Este individuo también fue puesto a disposición de las autoridades para determinar su grado de participación en los hechos. Las investigaciones apuntan a que este grupo delictivo operaba con un esquema bien organizado, contactando a las familias de los migrantes para extorsionarlas.
La captura de estos presuntos secuestradores ocurre en un contexto de creciente preocupación por la violencia contra migrantes en México. Organizaciones de derechos humanos han denunciado que estos grupos criminales actúan con impunidad, aprovechando la falta de protección para los migrantes en tránsito.
Las autoridades han señalado que los secuestros de migrantes no son casos aislados. En 2023, según datos de la organización Alto al Secuestro, cerca de un tercio de las víctimas de este delito en el país fueron migrantes, lo que refleja la magnitud del problema. Regiones como Tamaulipas, Chiapas y ahora el Estado de México son puntos críticos para estas actividades ilícitas.
La detención de Edith y Alfonso “N” ha sido celebrada por algunos sectores, pero también ha levantado cuestionamientos sobre la efectividad de las estrategias de seguridad en el país. Las redes criminales dedicadas al secuestro de migrantes parecen operar sin mayores obstáculos, lo que pone en entredicho la capacidad de las autoridades para garantizar la seguridad de los más vulnerables.
Este caso también ha renovado el llamado de activistas y organizaciones a implementar políticas migratorias más humanas. La falta de apoyo y protección para los migrantes en su paso por México los convierte en blanco fácil para el crimen organizado, que ve en ellos una fuente de ingresos a través de extorsiones y secuestros.
Las autoridades del Estado de México han asegurado que las investigaciones continuarán para desmantelar por completo esta red criminal. Mientras tanto, las víctimas rescatadas reciben atención y se espera que puedan continuar su camino bajo mejores condiciones de seguridad.
El caso de Chalco es un recordatorio de los peligros que enfrentan miles de migrantes en su búsqueda de una vida mejor. La impunidad y la violencia en las rutas migratorias siguen siendo un desafío urgente que las autoridades no han logrado resolver.