El estado de Chihuahua enfrenta una crisis sanitaria alarmante con 2,006 casos confirmados de sarampión, según los últimos reportes. La Secretaría de Salud estatal ha confirmado que los contagios han alcanzado niveles críticos, afectando a 28 municipios, incluyendo ahora a Jiménez. Este brote, que no da tregua, evidencia serios problemas en la contención de la enfermedad.
La mayoría de los casos se concentran en comunidades vulnerables, particularmente entre poblaciones no vacunadas. La falta de vacunación, especialmente en grupos menonitas, ha sido señalada como un factor clave en la propagación del virus. A pesar de los esfuerzos por implementar cercos epidemiológicos, el número de contagios sigue en aumento.
En las últimas semanas, la Secretaría de Salud ha intensificado campañas de vacunación, aplicando miles de dosis en un intento por frenar el brote. Sin embargo, los resultados son insuficientes, y la enfermedad continúa extendiéndose. Expertos advierten que la baja cobertura de vacunación en algunas zonas del estado ha creado un terreno fértil para el sarampión.
El origen del brote está ligado a casos importados desde Texas, donde también se reporta un incremento de contagios. La movilidad entre la frontera y las comunidades locales ha complicado los esfuerzos para contener la enfermedad. Chihuahua, siendo un punto clave en esta región, enfrenta un desafío adicional por su cercanía con Estados Unidos.
La Secretaría de Salud federal ha insistido en la importancia de la vacunación, destacando que el sarampión es una enfermedad altamente contagiosa. Una persona no vacunada tiene entre un 90% y un 95% de probabilidad de infectarse al estar expuesta al virus, especialmente en espacios cerrados como escuelas o transporte público.
A pesar de las estrategias implementadas, como recorridos casa por casa y bloqueos vacunales, los casos no han disminuido significativamente. La falta de coordinación efectiva y la resistencia de algunos sectores a vacunarse están agravando la situación. Chihuahua sigue siendo el epicentro del brote a nivel nacional, con el 93% de los casos reportados en el país.
La tragedia también ha cobrado vidas. Cuatro menores han fallecido a causa de complicaciones derivadas del sarampión, todos sin antecedentes de vacunación. Estas muertes han encendido las alarmas sobre la urgencia de reforzar las campañas de inmunización y educar a la población sobre los riesgos de no vacunarse.
El gobierno estatal ha prometido redoblar esfuerzos, pero las críticas no se han hecho esperar. La ciudadanía cuestiona la efectividad de las medidas y la lentitud en la respuesta ante una enfermedad prevenible. Mientras tanto, la población sigue expuesta, y el panorama no parece mejorar en el corto plazo.
La situación en Chihuahua es un reflejo de los desafíos que enfrenta México ante el resurgimiento de enfermedades que se creían controladas. La desinformación y el movimiento antivacunas han contribuido a este repunte, según expertos en salud pública. La pregunta sigue en el aire: ¿qué más se necesita para detener esta crisis?

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Contagios de sarampión se disparan a 2,006 en Chihuahua: ¿qué está fallando en la estrategia de salud?
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