La tarde del lunes 9 de junio, la presidencia municipal de Benito Juárez, Michoacán, fue escenario de un violento ataque perpetrado por presuntos integrantes del crimen organizado. Según reportes, drones cargados con explosivos fueron utilizados para lanzar artefactos contra el edificio, generando pánico en la zona centro del municipio.
El ataque no se limitó al uso de drones. Hombres armados dispararon ráfagas de balas en las inmediaciones de la alcaldía, mientras las instalaciones fueron consumidas por el fuego. Videos difundidos en redes sociales muestran el momento en que las explosiones y el humo envolvieron el lugar, dejando a los habitantes en estado de shock.
A pesar de la magnitud de la agresión, las autoridades locales confirmaron que no hubo víctimas mortales ni heridos, ni entre civiles ni entre elementos de seguridad. Sin embargo, un consultorio dental cercano sufrió daños en su techumbre debido a la caída de uno de los explosivos, aunque no había personas en el lugar al momento del impacto.
La Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán desplegó un operativo conjunto con la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y la Fiscalía General del Estado. Las fuerzas de seguridad acordonaron la zona y realizan patrullajes en los municipios de Juárez y Tuzantla para localizar a los responsables, aunque hasta el momento no se reportan detenciones.
Benito Juárez, ubicado en la región oriente de Michoacán, es una zona asediada por la violencia derivada de la disputa entre cárteles como la Familia Michoacana y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Estos grupos criminales no solo se enfrentan entre sí, sino que también atacan a autoridades y extorsionan a la población, agravando la inseguridad en la región.
El uso de drones con explosivos no es nuevo en Michoacán. En los últimos años, el crimen organizado ha intensificado sus tácticas, empleando tecnología para perpetrar ataques contra objetivos civiles y militares. Este incidente se suma a una serie de agresiones similares en municipios como Apatzingán, Cotija y Tepalcatepec.
La respuesta del gobierno estatal ha sido cuestionada por la falta de resultados concretos. A pesar de los operativos y el reforzamiento de la seguridad, los responsables de estos ataques siguen operando con impunidad, dejando a la población en un estado de constante temor.
Este nuevo episodio de violencia pone en evidencia la incapacidad de las autoridades para frenar el avance del crimen organizado en Michoacán. Los habitantes de Benito Juárez y otros municipios afectados exigen medidas urgentes para recuperar la paz y garantizar su seguridad.
La situación en la región oriente del estado permanece tensa, con patrullajes constantes y una ciudadanía que vive bajo la sombra de la incertidumbre. El ataque a la alcaldía de Benito Juárez es un recordatorio de los desafíos que enfrenta México en materia de seguridad pública.