El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha desatado una controversia al advertir al magnate tecnológico Elon Musk con “graves consecuencias” si decide financiar a candidatos demócratas en las elecciones de 2026. La declaración, hecha durante una entrevista telefónica con NBC News, marca un punto de ruptura en la relación entre ambos, quienes hasta hace poco eran aliados cercanos.
La disputa comenzó cuando Musk criticó duramente un proyecto de ley fiscal impulsado por Trump, calificándolo de “abominación terrible”. Este megaproyecto, aprobado por un estrecho margen en la Cámara de Representantes, ha generado tensiones dentro del Partido Republicano y críticas por su impacto en el déficit federal.
Trump, conocido por su estilo directo, no dudó en responder. En la entrevista, afirmó que no tiene intención de reparar su relación con el director ejecutivo de Tesla y SpaceX. Cuando se le preguntó si su vínculo con Musk había terminado, el presidente respondió con un tajante “supongo que sí”.
El enfrentamiento se intensificó en redes sociales, donde Musk publicó, y luego eliminó, un mensaje que vinculaba a Trump con el caso de Jeffrey Epstein. Aunque no hay pruebas que relacionen al presidente con los delitos del financiero, la mención desató aún más fricciones entre ambos.
La advertencia de Trump a Musk no especificó qué “consecuencias graves” enfrentaría el empresario. Sin embargo, las empresas de Musk, como SpaceX, dependen de contratos federales millonarios, lo que podría hacerlas vulnerables a decisiones políticas.
El proyecto de ley fiscal, centro de la controversia, ha sido criticado por analistas no partidistas. Según un informe, podría añadir 2.4 billones de dólares a la deuda estadounidense en una década, lo que ha alimentado el rechazo de Musk y otros sectores.
La ruptura entre Trump y Musk representa un golpe para el movimiento MAGA, que ha perdido a uno de sus principales financiadores. Musk, a través de su comité America PAC, aportó 239 millones de dólares para apoyar a Trump y candidatos republicanos en el pasado.
Algunos republicanos, como el vicepresidente J.D. Vance, han expresado su esperanza de que Musk “vuelva al redil”. Sin embargo, Trump ha dejado claro que no está interesado en reconciliaciones, acusando al empresario de ser “irrespetuoso con la oficina del presidente”.
La pelea, que ha captado la atención mundial, se desarrolla mientras el proyecto de ley fiscal avanza en el Senado. Las decisiones de Musk en los próximos meses podrían tener un impacto significativo en el panorama político de Estados Unidos.
Este enfrentamiento público pone en evidencia las tensiones dentro del Partido Republicano y plantea preguntas sobre el futuro de las alianzas políticas en Washington. La relación entre el hombre más poderoso y el más rico del mundo parece estar en un punto sin retorno.