Tom Homan, designado por Donald Trump como zar de la frontera, desató una controversia al amenazar con arrestar al gobernador de California, Gavin Newsom, y a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass. La advertencia llega tras las críticas de ambos líderes demócratas al despliegue de dos mil soldados de la Guardia Nacional para contener protestas por redadas migratorias en la ciudad.
Homan, en una entrevista con NBC News, defendió la decisión de enviar tropas a Los Ángeles, asegurando que es necesaria para mantener el orden. Rechazó las acusaciones de Newsom, quien calificó el operativo como un espectáculo para sembrar caos, y advirtió que cualquier intento de obstruir las acciones federales podría derivar en arrestos.
Por su parte, la alcaldesa Bass describió el despliegue como una pose innecesaria que perturba a una ciudad ya golpeada por incendios devastadores este año. En declaraciones al Los Angeles Times, Bass expresó su preocupación por el impacto de esta militarización en la población local.
El gobernador Newsom también se pronunció en redes sociales, denunciando que el gobierno federal tomó control de la Guardia Nacional de California sin justificación. Según el demócrata, la medida busca generar un espectáculo político más que responder a una verdadera necesidad de seguridad.
Las protestas en Los Ángeles surgieron tras intensas redadas migratorias lideradas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). En los últimos días, las autoridades detuvieron a más de cien personas, lo que desató enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales en varios puntos de la ciudad.
Activistas locales, como Pablo Alvarado de la Red Nacional de Jornaleros, han condenado los operativos, acusando a los agentes de usar tácticas intimidatorias. Según Alvarado, el uso de máscaras y equipo militar por parte de ICE refleja una violación a la decencia humana.
Mientras tanto, el presidente Trump respaldó las acciones de Homan y criticó duramente a Newsom y Bass, acusándolos de ser incompetentes. En un mensaje en Truth Social, Trump señaló a la izquierda radical como responsable de las protestas, asegurando que no tolerará disturbios.
El despliegue de la Guardia Nacional marca una escalada sin precedentes en Los Ángeles, siendo la primera vez desde 1965 que un presidente ordena su movilización sin el consentimiento del gobernador estatal. Esta decisión ha generado críticas de líderes demócratas que ven la medida como provocadora.
El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, defendió la intervención, argumentando que Newsom ha mostrado incapacidad para manejar la situación. Incluso se ha mencionado la posibilidad de enviar marines, una idea respaldada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
La tensión entre las autoridades locales y el gobierno federal pone en evidencia el choque de visiones sobre la política migratoria. Mientras Los Ángeles enfrenta las consecuencias de estas redadas, la controversia sigue creciendo, con posibles repercusiones legales y sociales en el horizonte.