El presidente de Colombia, Gustavo Petro, decidió cancelar su viaje a Niza, Francia, donde participaría en la Cumbre de la ONU sobre los Océanos, debido a un grave atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay. El hecho ocurrió el sábado 7 de junio en Bogotá, marcando un nuevo episodio de violencia política en el país.
Miguel Uribe Turbay, de 39 años, fue atacado a balazos mientras pronunciaba un discurso en un mitin en el barrio Modelia, en la localidad de Fontibón, al oeste de Bogotá. El senador, conocido por su cercanía al expresidente Álvaro Uribe y su postura crítica hacia el gobierno de Petro, resultó gravemente herido.
El ataque se produjo en un evento de campaña no programado, lo que ha generado especulaciones sobre la planificación del atentado. Según reportes, un sicario menor de edad disparó contra Uribe, hiriéndolo en la cabeza, y fue detenido por la Policía Nacional tras intentar huir.
Tras el atentado, Uribe Turbay fue trasladado de urgencia a la Fundación Santa Fe, donde fue sometido a una cirugía de emergencia. Aunque logró superar la operación, su estado sigue siendo crítico, según informó su esposa, María Claudia Tarazona.
El gobierno colombiano, a través de un comunicado, destacó la gravedad del incidente y la necesidad de que el presidente Petro permanezca en el país. La decisión de cancelar el viaje busca priorizar las acciones para garantizar la seguridad y esclarecer los hechos.
Petro expresó su rechazo al atentado en redes sociales, recordando la violencia que ha marcado a Colombia y haciendo referencia al asesinato de Diana Turbay, madre del senador, en 1991. El presidente pidió respetar la vida como una “línea roja” y prometió una investigación exhaustiva para encontrar a los responsables.
El gobierno ofreció una recompensa de hasta 3.000 millones de pesos por información que permita capturar a los autores intelectuales del ataque. Petro, tras liderar un consejo de seguridad, insistió en la importancia de identificar a quienes planearon el atentado.
El hecho ha generado reacciones internacionales, incluyendo la condena de México, que expresó su solidaridad con Uribe y rechazó la violencia política. El atentado ha reavivado el debate sobre la seguridad de los candidatos en Colombia de cara a las elecciones de 2026.
La oposición ha criticado la retórica del gobierno, mientras que Petro defendió su postura, asegurando que el atentado es un fracaso del Estado y de la nación. La investigación sigue en curso para determinar las circunstancias y motivos detrás de este acto de violencia.