La iniciativa privada en Chihuahua ha encendido las alarmas: sin inversión, el empleo está en riesgo. La ausencia de nuevos proyectos productivos podría agravar la crisis económica que ya se siente en el país, especialmente en regiones clave como el norte.
El sector empresarial señala que la incertidumbre generada por las políticas públicas está ahuyentando a los inversionistas. Las reformas recientes, como la judicial, han creado un ambiente de desconfianza que frena la llegada de capitales, tanto nacionales como extranjeros.
Datos preocupantes respaldan estas advertencias. En Ciudad Juárez, por ejemplo, el empleo formal ha caído drásticamente, con más de 9 mil plazas perdidas en el último año. La industria maquiladora, pilar económico de la región, reportó una reducción de 2 mil 500 empleos solo en marzo de 2025.
La guerra arancelaria impulsada por Estados Unidos también juega un papel crítico. Los empresarios advierten que las medidas de Donald Trump están congelando inversiones, lo que podría desencadenar un “cataclismo económico” con repercusiones globales.
A esto se suma el aumento de la deuda pública, que alcanzó los 17.5 billones de pesos en abril de 2025. Este crecimiento, según expertos, limita la capacidad del gobierno para financiar proyectos que generen empleo y crecimiento económico.
La falta de infraestructura energética es otro obstáculo. En varios municipios, la carencia de energía confiable impide la instalación de nuevas empresas, dejando a las comunidades sin oportunidades de desarrollo.
Los empresarios insisten en que se necesitan políticas públicas que promuevan la inversión y la competitividad. Sin un cambio de rumbo, advierten, México podría enfrentar un estancamiento económico prolongado.
La situación es clara: sin inversión, no hay empleo. El futuro económico del país está en juego, y la iniciativa privada exige medidas urgentes para revertir esta tendencia antes de que sea demasiado tarde.