El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado una ola de críticas tras su decisión de desplegar tropas federales en Los Ángeles, un hecho sin precedentes en las últimas seis décadas. La medida, que busca supuestamente controlar las protestas y la presencia de migrantes en la ciudad, ha sido calificada como una acción desproporcionada por diversos sectores.
La operación comenzó con el envío de 300 soldados del Equipo de Combate de la Guardia Nacional, quienes tomaron el control de tres instalaciones federales en la ciudad. Según el gobierno, esta acción responde a los disturbios provocados por lo que Trump ha descrito como “ataques de inmigrantes ilegales mexicanos”. Sin embargo, las declaraciones han sido recibidas con escepticismo y rechazo.
El gobernador de California, Gavin Newsom, expresó su preocupación por la militarización de las calles de Los Ángeles. En un comunicado, señaló que la presencia de la Guardia Nacional no hace más que escalar las tensiones en la ciudad, exigiendo su inmediata retirada. Según Newsom, la intervención federal no resuelve los problemas de fondo y solo agrava la situación.
Las protestas en Los Ángeles han sido impulsadas por lo que muchos consideran abusos hacia comunidades migrantes. En respuesta, las fuerzas federales han utilizado gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, una táctica que ha sido duramente criticada por organizaciones de derechos humanos. Estas acciones han generado un ambiente de tensión en la ciudad.
Trump, por su parte, ha defendido su decisión, acusando a la “izquierda radical” de fomentar el caos en Los Ángeles. En un mensaje reciente, el presidente insistió en que no tolerará lo que describe como una “invasión” de migrantes. Sus palabras han avivado aún más el debate sobre su política migratoria.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, también se ha pronunciado en contra de la intervención federal. En un enfrentamiento público con Trump, Bass acusó al presidente de exacerbar los problemas en lugar de buscar soluciones dialogadas. La alcaldesa ha destacado la importancia de trabajar en conjunto para reconstruir la ciudad sin recurrir a medidas extremas.
Organizaciones civiles y activistas han condenado la presencia de 500 marines adicionales que se preparan para desplegarse en la ciudad. Según estas voces, la militarización no solo amenaza los derechos de los migrantes, sino que también pone en riesgo la seguridad de todos los ciudadanos de Los Ángeles.
La controversia ha reavivado el debate sobre las políticas migratorias de Trump, especialmente tras el creciente descontento entre la comunidad latina. Encuestas recientes muestran una caída significativa en el apoyo a Trump entre este grupo demográfico, que fue clave en su victoria electoral de 2024.
Mientras tanto, Los Ángeles permanece en un estado de “Alerta Táctica”, según las autoridades federales. La ciudad, conocida por su diversidad y dinamismo, enfrenta ahora un panorama de incertidumbre, con una ciudadanía dividida entre quienes apoyan las medidas de Trump y quienes las ven como una amenaza a la convivencia pacífica.
El impacto de esta decisión aún está por verse, pero la polarización en torno a la presencia militar en una de las ciudades más emblemáticas de Estados Unidos no hace más que crecer. La situación sigue desarrollándose, dejando a muchos preguntándose cuál será el próximo paso en esta crisis.

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¡Escándalo en Los Ángeles! Trump desata críticas tras enviar tropas federales por primera vez en 60 años
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