El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que revisará los contratos federales que el gobierno mantiene con las empresas del multimillonario Elon Musk, en un nuevo capítulo de la ruptura pública entre ambos. Según Trump, estos contratos representan “mucho dinero” y son considerados un “subsidio considerable”. La declaración se dio mientras el mandatario se dirigía a su club de golf en Bedminster, Nueva Jersey, donde suele pasar los fines de semana.
La relación entre Trump y Musk, que alguna vez fue cercana, ha dado un giro drástico en los últimos días. Musk, quien hasta el 30 de mayo encabezó la Oficina de Eficiencia Gubernamental para reducir gastos, criticó duramente el proyecto de presupuesto de Trump, calificándolo de fiscalmente imprudente. En respuesta, Trump no dudó en usar su red social para sugerir que cancelar los contratos con las empresas de Musk sería una forma efectiva de ahorrar millones de dólares al gobierno.
SpaceX, la compañía de Musk dedicada a la exploración espacial, es la que mantiene los contratos más significativos con el gobierno estadounidense. En abril, obtuvo un acuerdo por 5,900 millones de dólares con la Fuerza Espacial para el lanzamiento de satélites y misiones durante los próximos cinco años. Además, en 2021, la NASA le adjudicó un contrato de 2,890 millones para desarrollar la nave lunar Starship HLS y realizar dos vuelos.
La disputa escaló cuando Musk amenazó en su plataforma X con desmantelar el programa de la nave espacial Dragon, esencial para transportar personal y suministros a la Estación Espacial Internacional. Aunque Musk dio marcha atrás a esta amenaza, el mensaje generó preocupación, ya que la nave Dragon es actualmente el único vehículo estadounidense capaz de llevar astronautas a la órbita.
Trump, por su parte, aseguró que Estados Unidos puede sobrevivir sin los contratos de Musk. En un encuentro con periodistas, señaló que la revisión de estos acuerdos está en proceso, pero enfatizó que cualquier decisión debe ser “justa” tanto para Musk como para el país. Sin embargo, evitó dar detalles concretos sobre cómo se llevará a cabo este análisis.
La tensión entre ambos no se limitó a los contratos. Musk intensificó el conflicto al insinuar en X que Trump aparece en los archivos del caso Jeffrey Epstein, una acusación que ha generado revuelo. Trump, en respuesta, afirmó no tener tiempo para pensar en Musk, ya que está ocupado con temas como las negociaciones comerciales con China, la guerra en Ucrania y un posible acuerdo nuclear con Irán.
A pesar de la ruptura, Trump intentó cerrar el tema con un tono conciliador, diciendo que solo le desea “lo mejor” a Musk. No obstante, la disputa ha tenido un impacto inmediato en los mercados: las acciones de Tesla, otra de las empresas de Musk, cayeron un 14% en Wall Street tras el intercambio de críticas, marcando una de las mayores pérdidas en su historia.
El conflicto también ha generado dudas sobre el futuro de los ambiciosos planes espaciales de Estados Unidos, especialmente en un momento en que la competencia con China en el ámbito espacial se intensifica. La posible cancelación de contratos con SpaceX podría afectar misiones clave y la capacidad de Estados Unidos para mantener su presencia en la órbita.
Mientras tanto, Trump aseguró que las conversaciones con China sobre aranceles están “muy avanzadas” tras una llamada de dos horas con el presidente Xi Jinping. Aunque el mandatario evitó profundizar en el tema de Musk, dejó claro que su administración está enfocada en revisar todos los gastos federales, incluyendo los contratos con empresas privadas.
La guerra verbal entre Trump y Musk continúa captando la atención de los medios y el público, marcando el fin de una alianza que alguna vez fue vista como una de las más influyentes en la política y los negocios estadounidenses.