La relación entre Donald Trump y Elon Musk, dos de las figuras más influyentes de Estados Unidos, ha dado un giro inesperado. Según fuentes cercanas, el presidente estadounidense ha atribuido el reciente comportamiento “loco” de Musk a un supuesto consumo de drogas. Estas declaraciones surgen tras un enfrentamiento público que ha captado la atención mundial.
El conflicto comenzó cuando Musk criticó abiertamente un proyecto de ley fiscal impulsado por Trump, calificándolo de “abominable”. El magnate, conocido por sus comentarios provocadores, llegó incluso a insinuar que Trump podría estar vinculado a los archivos de Jeffrey Epstein, un señalamiento grave que escaló la tensión entre ambos.
Trump, por su parte, no se quedó callado. En su red social Truth Social, defendió su proyecto legislativo como “uno de los mejores jamás presentados en el Congreso”. Además, afirmó que no le importa que Musk se haya vuelto en su contra, aunque en privado ha mostrado preocupación por las acciones del empresario, según reportes de personas cercanas.
Las acusaciones de Trump sobre el supuesto consumo de drogas por parte de Musk han generado controversia. Fuentes citadas por The New York Times aseguran que el presidente ha compartido estas sospechas con su círculo íntimo, sugiriendo que las decisiones erráticas de Musk podrían estar influenciadas por sustancias.
El enfrentamiento ha puesto en riesgo intereses significativos para ambos. Para Musk, los contratos de SpaceX con la NASA, valuados en miles de millones de dólares, podrían peligrar si la disputa con Trump se intensifica. Por su lado, Trump enfrenta el desafío de mantener la unidad en su base de apoyo, donde Musk tiene una influencia considerable.
La pelea también ha desatado especulaciones sobre el futuro de la relación entre ambos. Musk, quien inicialmente apoyó a Trump durante su campaña, ha tomado distancia en las últimas semanas. Su decisión de retractarse de una amenaza de cancelar un programa clave para la NASA muestra un intento por calmar las aguas, pero el daño ya está hecho.
Analistas señalan que esta ruptura podría tener implicaciones más allá de lo personal. La colaboración entre Trump y Musk había sido vista como un símbolo de la alianza entre el poder político y el tecnológico en Estados Unidos. Ahora, con ambos enfrentados, se abren interrogantes sobre cómo afectará esto a la agenda política y empresarial del país.
Este episodio refleja la volatilidad de las relaciones en la cima del poder. Mientras Trump y Musk intercambian acusaciones, el mundo observa cómo dos titanes de la política y la tecnología miden fuerzas en un conflicto que promete seguir dando de qué hablar.
La información disponible no aclara si las acusaciones de Trump tienen fundamento o son parte de una estrategia para desacreditar a Musk. Lo cierto es que este enfrentamiento ha expuesto las tensiones entre dos figuras que, hasta hace poco, parecían alineadas en sus objetivos.
Por ahora, el futuro de esta disputa permanece incierto. Lo que comenzó como una diferencia de opiniones sobre una ley fiscal ha evolucionado en un choque de personalidades que podría redefinir el panorama político y empresarial en Estados Unidos.

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Trump acusa a Elon Musk de comportamiento errático por supuesto consumo de drogas
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