La jornada del viernes 6 de junio se convirtió en la más sangrienta de 2025 en Sinaloa, con un total de 14 homicidios reportados en un solo día, según la Fiscalía General del Estado. Este récord escalofriante expone la crisis de inseguridad que azota la entidad, donde la violencia parece desbordar cualquier intento de control.
En Culiacán, la capital del estado, cinco personas fueron encontradas sin vida, una de ellas falleció mientras recibía atención médica tras un ataque en la calzada Heroico Colegio Militar. La brutalidad no se limitó a un solo municipio; en Navolato y San Ignacio se reportaron tres asesinatos más, mientras que en Mocorito se halló un cuerpo sin identificar.
Mazatlán, conocido por su atractivo turístico, no escapó de la ola violenta. Ahí se descubrieron dos fosas clandestinas con restos óseos en el dique Los Zapotes, un hallazgo que subraya la magnitud del problema. La Fiscalía abrió 11 carpetas de investigación para esclarecer los hechos, pero la ciudadanía exige respuestas inmediatas.
Antes de este viernes negro, Sinaloa ya había registrado días de alta violencia. El 19 de enero y el 27 de marzo, ambos con 12 homicidios, eran hasta ahora las fechas más letales del año, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Sin embargo, la escalada reciente no tiene precedentes.
La renuncia del secretario de Seguridad de Sinaloa, Sergio Antonio Leyva López, horas antes de una riña entre policías municipales y estatales, dejó un vacío en el liderazgo de seguridad. Siete agentes fueron detenidos tras el incidente, pero el puesto sigue sin ocuparse, lo que agrava la percepción de descontrol.
Mientras la entidad se desangra, el gobernador Rubén Rocha Moya optó por destacar en redes sociales una invitación del cónsul de Estados Unidos para celebrar el 249 aniversario de la independencia estadounidense. Esta desconexión ha generado críticas entre los sinaloenses, que enfrentan el miedo y la incertidumbre a diario.
La pugna interna del Cártel de Sinaloa, recrudecida desde la captura de Ismael “El Mayo” Zambada en 2024, es señalada como el motor de esta violencia. En los últimos cinco meses, el estado acumula más de 800 homicidios, una cifra que refleja el poder de los grupos criminales frente a la aparente inacción de las autoridades.
La ciudadanía, atrapada entre balaceras y hallazgos macabros, ve cómo el comercio y la vida cotidiana se resienten. Negocios cierran, familias abandonan sus hogares y el temor a quedar en medio de un enfrentamiento es constante. Sinaloa vive una crisis que parece lejos de resolverse.