La presidenta Claudia Sheinbaum ha generado controversia al rechazar el informe preliminar de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre la reciente elección judicial en México. En su conferencia matutina, la mandataria aseguró que la OEA se extralimitó en sus funciones al emitir recomendaciones sobre el proceso electoral, un hecho que calificó como una injerencia en la soberanía nacional.
El informe de la OEA, liderado por la Misión de Observación Electoral, señaló que la elección judicial del 1 de junio fue “compleja y polarizante”. Además, recomendó no replicar este modelo en otros países, argumentando que podría debilitar la independencia y eficacia del sistema judicial. Estas declaraciones no cayeron bien en Palacio Nacional, donde Sheinbaum defendió la elección como un ejercicio histórico de democracia.
La Secretaría de Relaciones Exteriores, encabezada por Juan Ramón de la Fuente, emitió una nota diplomática para expresar su “firme rechazo” al informe. Según la cancillería, la OEA violó los principios de su propia Carta al intentar imponer criterios sobre cómo México debe organizar su Poder Judicial. Este roce diplomático pone en tela de juicio la relación entre México y el organismo internacional.
Sheinbaum insistió en que la elección judicial, en la que participaron 13 millones de mexicanos, fue un éxito rotundo. Según la presidenta, este proceso demuestra que México es “el país más democrático del mundo”. Sin embargo, la baja participación del 13% ha sido señalada por críticos como una muestra de desinterés ciudadano y falta de información sobre los candidatos.
El informe de la OEA también advirtió sobre posibles irregularidades, como el reparto de “acordeones” con listados de candidatos sugeridos, lo que podría interpretarse como coacción al voto. Sheinbaum desestimó estas acusaciones, afirmando que observadoras internacionales descartaron el uso sistemático de estas prácticas. Sin embargo, la polémica sigue creciendo en redes sociales y medios de comunicación.
La mandataria aprovechó para defender la reforma judicial impulsada por su administración y el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Según Sheinbaum, este cambio busca erradicar la corrupción y el nepotismo en el Poder Judicial, un sistema que, asegura, estaba plagado de privilegios. La presidenta criticó a quienes se oponen a la reforma, acusándolos de defender un “régimen de corrupción”.
La tensión con la OEA no es un caso aislado. La relación entre México y organismos internacionales ha sido complicada en los últimos años, especialmente por las críticas a las políticas del gobierno actual. Sheinbaum dejó claro que no aceptará injerencias externas y que México seguirá su propio camino en la construcción de su sistema judicial.
La elección judicial, que renovó cerca de 2,700 cargos, incluidos jueces, magistrados y ministros, sigue siendo un tema divisivo. Mientras el gobierno celebra la participación ciudadana, sectores académicos y asociaciones judiciales cuestionan la transparencia y los riesgos de politización. La OEA, por su parte, recomendó ajustes para las elecciones de 2027, algo que el gobierno mexicano parece no estar dispuesto a considerar.
Este nuevo capítulo en la política mexicana pone a Sheinbaum en el centro de la controversia. Su defensa de la soberanía y la elección judicial refleja la postura de Morena, pero también alimenta el debate sobre el rumbo del país. ¿Será esta reforma el inicio de una justicia más democrática o un paso hacia la polarización? El tiempo lo dirá.