En Chihuahua, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) se prepara para un cambio histórico: las 30 salas que lo componen serán ocupadas por jueces y magistrados elegidos por voto popular el próximo 1 de junio de 2025. Esta transformación responde a la reforma judicial aprobada por el Congreso del Estado, que busca renovar por completo el Poder Judicial local.
La decisión de someter a elección popular todos los cargos de jueces y magistrados ha generado un intenso debate. Según la reforma, los actuales juzgadores dejarán sus puestos el 31 de agosto de 2025, y los nuevos tomarán posesión el 1 de septiembre. El proceso electoral, que ya está en marcha, definirá quiénes ocuparán estas posiciones clave.
El Instituto Estatal Electoral (IEE) de Chihuahua ha publicado un listado preliminar de candidatos, destacando nombres de abogados con experiencia en el ámbito público y privado. Entre ellos figuran la magistrada Ilian Yasel Iradiel Villanueva y la presidenta de la Junta Laboral Federal 55 de Ciudad Juárez, Luz Elva Velo Sáenz, además de otros profesionales reconocidos.
La reforma establece que los nuevos jueces y magistrados tendrán un mandato de nueve años, con posibilidad de reelección por un periodo adicional. Este cambio busca democratizar el acceso a los cargos judiciales, rompiendo con la tradición de designaciones por cúpulas de poder. Sin embargo, también plantea retos logísticos y de capacitación.
Uno de los puntos más controversiales es la transición. Durante el proceso, se recurrirá a jueces provisionales y encargados de despacho para cubrir las vacantes, lo que podría generar incertidumbre en la impartición de justicia. La falta de experiencia judicial de algunos candidatos también es motivo de preocupación entre los expertos.
El Congreso del Estado ha fijado plazos estrictos para el proceso. Desde el 13 de enero, los aspirantes comenzaron a inscribirse ante los Comités de Evaluación, y las campañas electorales arrancarán el 31 de marzo. La elección promete ser un evento sin precedentes en la historia de Chihuahua.
Críticos de la reforma argumentan que la elección popular podría politizar el Poder Judicial, comprometiendo su independencia. Por otro lado, sus defensores aseguran que dará mayor legitimidad a los jueces, al ser electos directamente por la ciudadanía.
Este cambio en el TSJ de Chihuahua no solo redefine el sistema judicial local, sino que también marca un precedente en México. La atención está puesta en cómo se desarrollará este proceso y si logrará fortalecer la confianza en la justicia.
El 1 de junio, los chihuahuenses tendrán en sus manos la responsabilidad de elegir a los nuevos rostros del Poder Judicial. La expectativa es alta, y los resultados podrían transformar la forma en que se imparte justicia en el estado.
Con esta reforma, Chihuahua se convierte en un laboratorio de la democracia judicial. El éxito o fracaso de esta iniciativa dependerá de la participación ciudadana y de la capacidad de los nuevos jueces para responder a las demandas de justicia.