Tras semanas de tensión en el corazón de la Ciudad de México, los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación comenzaron a retirar su plantón en el Zócalo capitalino. El campamento, instalado desde el 15 de mayo, marcó una jornada de protestas intensas que paralizaron la capital con bloqueos y manifestaciones.
La Sección 22 de la CNTE, liderada por docentes de Oaxaca, decidió levantar parte de sus estructuras tras negociaciones con el gobierno federal. Sin embargo, esta retirada no implica el fin de su lucha. Los maestros planean regresar a sus estados para reorganizarse y continuar sus movilizaciones, con la promesa de volver al Zócalo en septiembre.
Las protestas de la CNTE han generado un impacto significativo en la Ciudad de México. Durante tres semanas, los bloqueos en avenidas clave afectaron la movilidad y el comercio local, con pérdidas estimadas en 25 mil millones de pesos para los negocios del Centro Histórico. La tensión escaló con actos vandálicos, como los daños a la Torre Bienestar en Paseo de la Reforma.
El gobierno de Claudia Sheinbaum ha mantenido un discurso de apertura al diálogo, pero los maestros consideran insuficientes las respuestas a sus demandas. Entre sus principales exigencias están la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007, un aumento salarial del 100 por ciento y la reversión de la reforma educativa de 2019.
A pesar de las mesas de negociación con la Secretaría de Gobernación, los docentes han expresado su frustración por la falta de soluciones concretas. La presidenta Sheinbaum ha rechazado los actos violentos, como el intento de portazo en Segob y la vandalización de un edificio del SNTE, insistiendo en que el diálogo sigue abierto.
El retiro del plantón comenzó de manera gradual, con la Sección 22 liderando el desmantelamiento. Calles como 20 de Noviembre ya muestran menos presencia de carpas, aunque algunas estructuras permanecen. Los maestros han dejado claro que este movimiento es solo una pausa para reagruparse.
La CNTE ha demostrado su capacidad de movilización a lo largo de estas semanas, marcando un precedente en sus protestas contra el gobierno federal. Sin embargo, la falta de acuerdos definitivos mantiene la incertidumbre sobre el rumbo de sus demandas.
El Zócalo, escenario histórico de protestas, recupera poco a poco su apariencia habitual. Mientras tanto, los maestros advierten que su lucha está lejos de terminar, y su regreso a la capital podría reavivar las tensiones en los próximos meses.