Honduras vive momentos de preocupación tras confirmarse 64 casos de infestación por gusano barrenador en humanos, una enfermedad que ya cobró una vida en el país. Las autoridades sanitarias reportaron que la mayoría de los casos se concentran en el Distrito Central, que incluye Tegucigalpa y Comayagüela, así como en el departamento de Olancho, al este del país.
La enfermedad, causada por las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, afecta principalmente a personas entre 50 y 59 años. Estas larvas se desarrollan en heridas abiertas de animales de sangre caliente, incluidos los humanos, alimentándose de tejido vivo y generando graves complicaciones si no se tratan a tiempo.
El primer caso humano se detectó el 6 de febrero de 2025 en un hombre de 80 años en Catacamas, Olancho, quien logró recuperarse tras recibir atención médica. Sin embargo, la situación se ha agravado con el aumento de casos, que ya superan los 1,500 en animales desde septiembre de 2024, cuando se declaró la emergencia sanitaria.
Jorge Torres, portavoz de la Unidad de Vigilancia de la Salud, explicó que la mosca deposita sus huevos en heridas expuestas, lo que facilita la infestación. La falta de higiene en heridas y el contacto cercano con animales infectados en zonas rurales son factores clave en la propagación de esta enfermedad.
La Secretaría de Salud ha registrado una sola muerte relacionada directamente con la miasis causada por el gusano barrenador. Este fallecimiento pone en evidencia los riesgos de no tratar las heridas adecuadamente, especialmente en comunidades vulnerables con acceso limitado a servicios médicos.
En respuesta, el gobierno hondureño ha implementado un plan de prevención y control. Este incluye cuarentenas en puntos de ingreso, vigilancia epidemiológica en áreas de riesgo y campañas masivas de educación sanitaria para informar a la población sobre los peligros de esta plaga.
La Secretaría de Agricultura y Ganadería también ha intensificado la inspección y restricción del movimiento de animales para evitar nuevos contagios. Estas medidas buscan contener la propagación del gusano barrenador, que afecta no solo a humanos, sino también al ganado, causando pérdidas económicas significativas.
Aunque Honduras fue declarada libre de esta plaga en 1996, su reaparición ha encendido las alarmas. Las autoridades instan a la población a mantener una higiene rigurosa en heridas y acudir al médico ante cualquier signo de infección para evitar complicaciones graves.
La situación sigue siendo crítica, y las autoridades sanitarias mantienen un monitoreo constante. La población, especialmente en zonas rurales, debe estar alerta ante esta enfermedad reemergente que amenaza tanto a humanos como a animales.

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Honduras enfrenta una alarmante crisis sanitaria por el gusano barrenador
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