Por primera vez en la historia del deporte universitario en Estados Unidos, las universidades podrán pagar directamente a sus atletas. Una decisión judicial reciente ha transformado el panorama de la NCAA, la principal organización de deportes universitarios, permitiendo a las escuelas compartir ingresos con los deportistas. Este cambio, aprobado por la jueza federal Claudia Wilken, marca un hito en un debate que lleva décadas en el centro de la controversia.
El acuerdo, conocido como House v. NCAA, resuelve una serie de demandas colectivas presentadas por atletas universitarios. Estas demandas acusaban a la NCAA de mantener un modelo económico que impedía a los deportistas beneficiarse del multimillonario negocio del deporte universitario. Desde el fútbol americano hasta el baloncesto, las competiciones de la NCAA generan miles de millones de dólares anuales, pero hasta ahora los atletas no recibían pagos directos.
A partir de la temporada 2025-2026, cada universidad de la División I de la NCAA podrá destinar hasta 20.5 millones de dólares anuales para compensar a sus atletas. Esta cantidad, que se espera crezca con el tiempo, representa un cambio radical en el modelo de amateurismo que había caracterizado al deporte universitario. Las escuelas ahora tendrán la libertad de decidir cómo distribuir estos fondos entre sus deportistas.
El acuerdo también incluye una indemnización de 2.8 mil millones de dólares que se pagará durante los próximos diez años. Este monto compensará a los atletas que compitieron en la NCAA desde 2016 hasta 2024, reconociendo los ingresos que pudieron haber perdido debido a las restricciones previas. Es un paso hacia una mayor equidad en un sistema que ha sido criticado por aprovecharse del talento de los jóvenes sin retribuirles justamente.
Los deportes más beneficiados inicialmente serán el fútbol americano y el baloncesto, que concentran la mayor atención y generan los mayores ingresos. Se estima que el 75% de los fondos se destinará al fútbol americano, el 15% al baloncesto masculino y el 5% al femenino, dejando el resto para otras disciplinas. Sin embargo, el acuerdo abre la puerta para que cualquier deporte pueda beneficiarse, desde el atletismo hasta el voleibol.
Otro aspecto clave del fallo es la regulación de los contratos de nombre, imagen y semejanza (NIL). Desde 2021, los atletas podían firmar acuerdos de patrocinio, pero ahora una cámara de compensación gestionada por Deloitte supervisará estos contratos. Cualquier acuerdo superior a 600 dólares necesitará aprobación, y un árbitro externo resolverá disputas para garantizar la elegibilidad de los atletas.
Este cambio no solo afecta a los atletas, sino también a las universidades, que ahora enfrentan el desafío de administrar estos nuevos presupuestos. Algunos expertos advierten que las escuelas más pequeñas podrían tener dificultades para competir con las grandes universidades que cuentan con mayores recursos. Esto podría generar una brecha en la atracción de talento deportivo.
A pesar de las incógnitas, el presidente de la NCAA, Charlie Baker, celebró el acuerdo como un paso hacia la estabilización del deporte universitario. Sin embargo, reconoció que la transición será compleja y que aún quedan detalles por definir, especialmente en temas como la distribución equitativa de los fondos y el cumplimiento de regulaciones como el Título IX, que exige igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
El impacto de esta decisión trasciende las canchas y los estadios. El deporte universitario en Estados Unidos, un fenómeno cultural que atrae a millones de espectadores, está entrando en una nueva era. Los atletas, que antes competían bajo la etiqueta de amateurs, ahora tendrán la oportunidad de recibir una compensación justa por su talento y esfuerzo.
Este fallo también podría influir en la atracción de talento internacional, ya que las universidades estadounidenses se vuelven aún más atractivas para deportistas de todo el mundo. Con beneficios económicos directos, el sistema de la NCAA podría consolidarse como una vía clave hacia el profesionalismo, especialmente en deportes como el baloncesto y el fútbol americano.

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¡Histórico cambio en el deporte universitario! Las universidades de EE.UU. podrán pagar a sus atletas
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