Después de 24 días de plantón en el Zócalo de la Ciudad de México, los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) levantaron su campamento, pero no sin antes lanzar una advertencia contundente al gobierno de Claudia Sheinbaum. Los docentes aseguran que regresarán con más ímpetu para exigir la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007, una promesa de campaña que, según ellos, la presidenta no ha cumplido.
El movimiento, que comenzó el 15 de mayo, Día del Maestro, colapsó durante semanas el corazón de la capital con bloqueos y manifestaciones. Los maestros acusan al gobierno de hacer oídos sordos a sus demandas, que incluyen no solo la derogación de la ley mencionada, sino también un aumento salarial del 100% y mejores condiciones laborales. Pedro Hernández, líder de la Sección 9 Democrática, aseguró que la lucha no termina aquí: “No nos han vencido, seguimos en pie”.
La tensión entre la CNTE y Sheinbaum escaló a niveles preocupantes. Las protestas incluyeron actos violentos, como el bloqueo al acceso de Palacio Nacional el 21 de mayo, donde reporteros fueron agredidos, y un intento de derribar las puertas de la Secretaría de Gobernación. La presidenta tachó estos actos de “provocaciones” y exigió a los maestros deslindarse de los responsables, algo que la CNTE no ha hecho.
El gobierno de Sheinbaum ha intentado apaciguar al magisterio con propuestas como un aumento salarial del 9% retroactivo a enero, un 1% adicional desde septiembre y una semana extra de vacaciones. Sin embargo, los docentes consideran estas medidas insuficientes y “demagógicas”, insistiendo en que no resuelven sus demandas centrales. La abrogación de la Ley del ISSSTE sigue siendo el punto de fricción principal.
Yenny Aracely Pérez Martínez, representante de la Sección 22 de Oaxaca, criticó duramente al gobierno, afirmando que la Cuarta Transformación protege los intereses de la “clase policárpica” y que frases como “Primero los pobres” son pura demagogia. Los maestros aseguran que el receso de su huelga es solo una pausa estratégica para reorganizarse y volver con más fuerza.
La CNTE ha dejado claro que seguirá presionando a Sheinbaum en sus giras por el país. Hernández anunció que “donde se presente la presidenta, haremos acto de presencia”, una amenaza que promete mantener la tensión en los próximos meses. Los docentes buscan no solo la derogación de la ley, sino también el regreso a un sistema de pensiones solidarias, eliminando las cuentas individuales gestionadas por las Afores.
El gobierno, por su parte, mantiene que derogar la Ley del ISSSTE de 2007 implicaría una carga financiera insostenible para las arcas públicas. Sheinbaum ha delegado las negociaciones a su gabinete, evitando un diálogo directo con los líderes de la CNTE, lo que ha avivado aún más el descontento del magisterio.
La CNTE también destacó el apoyo de otras organizaciones sociales y sindicales durante su plantón, agradeciéndoles su solidaridad. Sin embargo, la falta de avances concretos en las mesas de diálogo con la Secretaría de Gobernación y la Secretaría de Educación Pública ha llevado a los maestros a declarar este receso como una “victoria política”, afirmando que su movimiento sigue siendo independiente del gobierno y los partidos políticos.
Este sábado, mientras desmantelaban sus carpas en el Zócalo, los maestros reiteraron su compromiso de no rendirse. La bandera descolorida y rota que ondeó durante 24 días en la plaza fue un símbolo de su resistencia, pero también de su frustración con un gobierno que, según ellos, les ha dado la espalda.
La lucha de la CNTE está lejos de terminar. Con la promesa de un paro indefinido si no se cumplen sus demandas, los maestros se preparan para una nueva etapa de movilizaciones que podría sacudir nuevamente a la capital y al gobierno de Sheinbaum.