El magnate tecnológico Elon Musk ha dado un paso hacia la reconciliación con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras un día de intensos enfrentamientos verbales que sacudieron la escena política. Todo comenzó el jueves, cuando ambos intercambiaron duras acusaciones en redes sociales, evidenciando una ruptura en su alianza.
La chispa que encendió la controversia fue la crítica de Musk a un proyecto de ley impulsado por Trump, al que calificó como una “abominación repugnante” por su impacto en el déficit presupuestario. Trump no se quedó callado y respondió amenazando con cancelar los millonarios contratos federales de las empresas de Musk, incluyendo los de SpaceX.
En un movimiento que sorprendió a muchos, Musk anunció que desmantelaría la nave Dragon, esencial para las misiones de la NASA a la Estación Espacial Internacional. Esta decisión fue vista como una respuesta directa a las amenazas de Trump, elevando la tensión entre ambos.
Sin embargo, el viernes Musk cambió de tono. En su red social X, apoyó un mensaje del inversionista Bill Ackman, quien pidió a ambos líderes hacer las paces por el bien del país. “Juntos somos más fuertes que separados”, escribió Ackman, a lo que Musk respondió con un simple “No estás equivocado”.
Otro usuario en X instó a Musk y Trump a calmarse y dar un paso atrás. “Buen consejo”, respondió Musk, mostrando una disposición a reducir las hostilidades. Este gesto fue interpretado como un intento de apaciguar el conflicto que él mismo había escalado.
A pesar de los esfuerzos de Musk, Trump se mantuvo firme. Según medios estadounidenses, el presidente canceló una llamada programada con el empresario y afirmó que no tiene intención de hablar con él “en un tiempo”. Trump incluso aseguró estar “bien” y minimizó la ruptura.
El enfrentamiento ha generado un terremoto político en Washington, con implicaciones que van más allá de una simple disputa personal. La relación entre Musk y Trump, que fue clave durante la campaña electoral de 2024, ahora parece fracturada, afectando al movimiento republicano.
Musk, quien invirtió cerca de 250 millones de dólares en la campaña de Trump, llegó a decir que sin su apoyo el presidente habría perdido las elecciones. Estas declaraciones no cayeron bien en el entorno de Trump, que ve en Musk a un aliado cada vez más impredecible.
El futuro de esta relación sigue siendo incierto. Mientras Musk busca tender puentes, Trump parece decidido a mantener la distancia. Lo que está claro es que este choque entre dos de las figuras más influyentes del mundo seguirá dando de qué hablar.
Por ahora, el mundo observa cómo dos gigantes, que alguna vez fueron aliados, navegan este conflicto. La pregunta es si podrán dejar atrás sus diferencias o si esta guerra dialéctica marcará el fin de su colaboración.

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Elon Musk busca la paz con Trump tras un enfrentamiento explosivo
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