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El feminicidio de Jovita: 350 metros de terror y la indiferencia que la condenó

En Comonfort, Guanajuato, una tragedia ha sacudido a la comunidad: Blanca Estela Vázquez, conocida como Jovita, fue brutalmente asesinada tras huir desesperadamente de su agresor. La madrugada del 29 de abril, esta mujer de 54 años corrió 350 metros buscando ayuda, pero nadie respondió a su súplica. Su caso expone una cruda realidad: la inseguridad y la falta de acción de las autoridades locales.
Todo comenzó en su hogar, en la calle Ignacio Allende, cuando Luis Daniel, un empleado que ocasionalmente dormía en la casa, irrumpió armado con un machete. Amenazó a todos los presentes, incluyendo a Jovita y su hermano. En un intento desesperado por salvarse, ambos llamaron al 911, no una, sino dos veces. Nadie contestó. La omisión de las autoridades marcó el inicio de una cadena de negligencias fatales.
Jovita y su hermano salieron corriendo en busca de auxilio. Ella tocó puertas, pidió ayuda en una comandancia de policía y llegó hasta las oficinas de la antigua presidencia municipal. En ambos lugares, los vigilantes la vieron, la escucharon, pero no abrieron la puerta. La indiferencia de quienes debían protegerla selló su destino.
Tras recorrer 350 metros de angustia, Jovita se refugió en una farmacia en la plaza principal de Comonfort. Allí, creyó estar a salvo. Sin embargo, su agresor la alcanzó y, con una pedrada en la cabeza, acabó con su vida. La brutalidad del crimen ha dejado una herida profunda en la comunidad y en la familia de la víctima.
La familia de Jovita no solo enfrenta el dolor de su pérdida, sino también la indignación ante la respuesta de las autoridades. El presidente municipal, Claudio Zárate Nieves, ha minimizado el caso, negando que se trate de un feminicidio y calificándolo como un simple asesinato. Incluso, cercanos al alcalde se han burlado de la tragedia en redes sociales, según denuncian los familiares.
Mariana Vázquez, sobrina de Jovita, ha alzado la voz. Asegura que, tras el crimen, otras mujeres de Comonfort han compartido historias similares: pidieron ayuda a la policía y nunca получили respuesta. Este caso pone en evidencia un problema sistémico: la falta de respuesta de las fuerzas de seguridad ante la violencia de género.
El agresor, Luis Daniel, ya está vinculado a proceso por feminicidio, además de por herir al hermano de Jovita y a un policía de tránsito. Sin embargo, la familia exige justicia no solo contra él, sino contra las autoridades que fallaron en protegerla. Las dos llamadas al 911 ignoradas, las puertas cerradas y la actitud del gobierno local son un reflejo de la crisis de inseguridad que vive el municipio.
La muerte de Jovita no es un caso aislado. Es un grito de alerta sobre la violencia que enfrentan las mujeres en México y la inacción de quienes deberían garantizar su seguridad. En Comonfort, la comunidad exige respuestas, mientras la familia de Jovita lucha para que su tragedia no quede en el olvido.

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