El Caucus Hispano del Congreso de Estados Unidos ha levantado la voz tras realizar visitas sorpresa a centros de detención de migrantes administrados durante la presidencia de Donald Trump. Lo que encontraron fue alarmante: condiciones descritas como crueles e infrahumanas que han desatado un debate sobre el trato a los inmigrantes en el país.
Liderados por figuras como Adriano Espaillat y Nydia Velázquez, los legisladores denunciaron que estas instalaciones funcionan como cárceles con fines de lucro. Según sus informes, los centros ignoran derechos constitucionales básicos, dejando a los migrantes en condiciones deplorables.
Nydia Velázquez, congresista demócrata de Nueva York, fue contundente al calificar estas instalaciones como un sistema diseñado para castigar a las personas simplemente por su condición de inmigrantes. Las visitas, realizadas sin previo aviso, expusieron abusos sistemáticos que han encendido las alarmas.
Entre las irregularidades encontradas se reportaron privaciones arbitrarias de libertad y una preocupante falta de atención médica. Los migrantes, según los legisladores, enfrentan un trato que no solo vulnera sus derechos, sino que también pone en riesgo su salud y dignidad.
Sylvia García, congresista de Texas, señaló que el Departamento de Seguridad Nacional parece haberse transformado en una unidad policial secreta. En Houston, describió tácticas intimidatorias, como emboscadas y el uso de máscaras por parte de los agentes, lo que genera temor entre los detenidos.
El informe también destaca el contraste en el gasto público: mientras se destinan 3,400 millones de dólares a estos centros, solo 840 millones se invierten en justicia migratoria. Esta disparidad ha sido criticada como una muestra de prioridades desbalanceadas en la política migratoria.
Estas denuncias han avivado el debate sobre las políticas migratorias de la administración Trump. Los legisladores exigen una revisión inmediata de las condiciones en estos centros y un cambio en el enfoque hacia los migrantes, que a menudo huyen de la violencia y la pobreza en sus países de origen.
El Caucus Hispano ha prometido seguir vigilando estos centros y presionar por reformas que garanticen un trato humano. Mientras tanto, la controversia pone en el centro de la discusión la necesidad de una política migratoria más justa en Estados Unidos.