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Artesanas hñahñu exigen justicia por el robo de su patrimonio cultural en México

Mujeres artesanas del pueblo hñahñu, también conocido como otomí, se manifestaron en la Ciudad de México para denunciar la apropiación indebida de su iconografía y artesanías. La protesta tuvo lugar frente al Instituto Nacional del Derecho de Autor, donde las artesanas exigieron una disculpa pública y medidas para evitar que esto vuelva a ocurrir.
El conflicto comenzó en 2023, cuando una empresaria, con el respaldo de autoridades locales, registró como propia la iconografía de flor y canto, un elemento cultural esencial del pueblo hñahñu del Valle del Mezquital, Hidalgo. Este acto ha sido señalado como una violación al patrimonio cultural de las comunidades indígenas.
Frida Hyadi Díaz, artesana y miembro de la Asamblea del pueblo hñahñu, explicó que la acción legal busca no solo una disculpa, sino también medidas de reparación. Más allá de castigar a los responsables, las artesanas quieren garantizar que su cultura no sea explotada nuevamente.
La manifestación destacó la importancia de la recientemente aprobada ley de defensa del patrimonio cultural de los pueblos indígenas y afromexicanos. Este caso se considera un precedente clave en la protección de los derechos culturales de las comunidades originarias.
Las artesanas, en su mayoría mujeres, subrayaron que esta apropiación no es un hecho aislado. Representa un sistema de opresiones que enfrentan los pueblos indígenas, afectando especialmente a las mujeres que preservan estas tradiciones.
Durante la protesta, las artesanas portaban pancartas con mensajes contundentes: “La cultura hñahñu no está en venta” y “La apropiación cultural también es racismo”. Algunas realizaron sus labores de telar y bordado como acto simbólico de resistencia.
Frida Hyadi Díaz destacó que las mujeres son las principales transmisoras de saberes culturales, como la lengua, la música y las artesanías. La apropiación indebida no solo roba su patrimonio, sino que genera violencia económica al limitar sus oportunidades de trabajo.
Este caso refleja un problema estructural en México, donde marcas nacionales e internacionales han lucrado con diseños indígenas sin reconocer a sus creadores. Las artesanas buscan que este proceso legal siente un precedente para futuras demandas.
La reunión en el Instituto Nacional del Derecho de Autor fue un paso más en la lucha por la justicia. Las artesanas insisten en que no solo buscan castigos, sino un reconocimiento público de por qué estas prácticas son inaceptables.
La protesta visibilizó la resistencia de las comunidades hñahñu y su compromiso con la defensa de su identidad. Este movimiento podría inspirar a otros pueblos indígenas a proteger su patrimonio cultural frente a la explotación.

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