En un movimiento inesperado, José Luis Hernández, conocido como “El Kashis”, ha presentado su renuncia al cargo de director de Operaciones Estratégicas de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal en Chihuahua. La noticia, que ha sacudido el ámbito político y de seguridad local, genera interrogantes sobre los motivos detrás de esta decisión y sus posibles implicaciones en un estado donde la inseguridad sigue siendo un tema crítico.
Hernández, una figura conocida por su trayectoria en el ámbito de la seguridad pública, asumió el cargo con la promesa de fortalecer las estrategias contra el crimen organizado en la región. Su salida, confirmada este 5 de junio de 2025, llega en un momento en que Chihuahua enfrenta serios desafíos, con el reciente hallazgo de fosas clandestinas en Ascensión y un aumento en los índices de violencia ligados al narcotráfico.
La renuncia de “El Kashis” no ha sido acompañada de una explicación oficial detallada, lo que ha desatado especulaciones. Fuentes cercanas al gobierno estatal sugieren que diferencias internas en la Secretaría de Seguridad Pública podrían haber influido en su decisión. Otros rumores apuntan a posibles presiones externas derivadas de la compleja situación de seguridad en el estado.
Chihuahua, por su posición geográfica estratégica, sigue siendo un punto clave para las operaciones de los cárteles. La cercanía con Estados Unidos y el constante flujo de drogas y armas han convertido a la entidad en un campo de batalla donde las autoridades parecen no encontrar soluciones efectivas. La salida de Hernández podría interpretarse como un síntoma de las dificultades para implementar estrategias exitosas.
Organizaciones civiles y ciudadanos han expresado su preocupación por esta renuncia, especialmente tras los recientes hallazgos de 91 cuerpos en fosas clandestinas, de los cuales solo 12 han sido identificados. La falta de avances en las investigaciones y la percepción de inacción han generado críticas hacia el gobierno estatal, que ahora enfrenta el reto de llenar el vacío dejado por “El Kashis”.
La gestión de Hernández en Operaciones Estratégicas había sido objeto de debate. Mientras algunos destacaban su experiencia y compromiso, otros señalaban que los resultados en la reducción de la violencia fueron insuficientes. Su partida podría complicar aún más la coordinación de esfuerzos para combatir la delincuencia en un estado que clama por respuestas urgentes.
El contexto nacional no ayuda. Las políticas de seguridad del gobierno federal, encabezado por Morena, han sido cuestionadas por su enfoque de “abrazos, no balazos”, que muchos consideran ineficaz frente al poder de los cárteles. En Chihuahua, esta estrategia parece no haber permeado, y la renuncia de una figura clave como Hernández podría reflejar desencuentros con la línea federal.
La gobernadora de Chihuahua, emanada del PAN, enfrenta ahora la tarea de nombrar un reemplazo capaz de liderar en un entorno de alta presión. La ciudadanía espera que el nuevo titular de Operaciones Estratégicas pueda ofrecer resultados tangibles y no solo promesas, en un estado donde la violencia no da tregua.
Mientras tanto, las protestas en Chihuahua y otras partes del país por los hallazgos de fosas clandestinas no cesan. La indignación popular crece ante lo que muchos llaman “Hornos del Bienestar”, un término que refleja la frustración por la aparente indiferencia de las autoridades frente a las masacres. La renuncia de “El Kashis” solo aviva estas críticas.
El panorama en Chihuahua sigue siendo incierto. La salida de Hernández plantea más preguntas que respuestas, y la ciudadanía espera claridad sobre el rumbo que tomará la estrategia de seguridad. Por ahora, la renuncia de “El Kashis” es un recordatorio de los retos que enfrenta el estado en su lucha contra la violencia y el crimen organizado.