Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.

México bajo la lupa: Sheinbaum promete limpiar las playas, pero ¿cumplirá?

El gobierno de Claudia Sheinbaum lanzó la Estrategia Nacional de Limpieza de Playas y Costas 2025-2030, un plan que busca eliminar el 100% de los plásticos en las costas mexicanas en cinco años. Anunciado durante la conferencia matutina del 5 de junio, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el proyecto suena ambicioso, pero genera dudas sobre su ejecución en un país donde la contaminación sigue siendo un problema persistente.
La secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, presentó la iniciativa junto a gobernadores de cinco estados clave: Yucatán, Quintana Roo, Guerrero, Baja California y Jalisco. Cada uno destacó las acciones locales para sumarse al esfuerzo nacional. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es si este plan será más que una promesa de campaña o un evento mediático para la administración de Morena.
En Yucatán, el gobernador Joaquín Díaz Mena encabezó el arranque en Puerto Progreso, resaltando los 340 kilómetros de litoral que albergan manglares, dunas y arrecifes. Según él, ya se han retirado 600 toneladas de residuos, pero la meta de playas libres de plástico para 2030 parece lejana cuando se considera la magnitud del problema en todo el país.
Quintana Roo, con Puerto Morelos como punto de partida, también se sumó al plan. La gobernadora Mara Lezama subrayó la importancia del reciclaje, señalando que solo el 9% del plástico producido se recicla. Aunque la intención es clara, la falta de infraestructura para gestionar residuos en muchas regiones podría limitar los resultados.
En Guerrero, la gobernadora Evelyn Salgado mostró imágenes de la jornada en Acapulco, pero no detalló cómo se garantizará la continuidad de estas acciones. La limpieza de playas no es solo recoger basura; requiere un cambio estructural en el manejo de desechos, algo que el gobierno federal aún no ha aclarado cómo logrará.
Baja California, con San Felipe, y Jalisco, con Puerto Vallarta, completan los estados iniciales de la estrategia. En Puerto Vallarta, más de mil voluntarios limpiaron seis playas, mientras que en San Felipe, 500 personas trabajaron en lo que la gobernadora Marina del Pilar llamó “el acuario del mundo”. Sin embargo, estas cifras de voluntarios contrastan con los 15 mil toneladas de plástico que México genera diariamente.
El dato más alarmante es que el 80% de los plásticos termina en las costas, según información oficial. Esto pone en evidencia la magnitud del reto y la necesidad de políticas más allá de jornadas simbólicas. La participación de voluntarios es valiosa, pero sin un sistema robusto de reciclaje y sanciones a industrias contaminantes, los esfuerzos podrían quedarse en buenas intenciones.
Alicia Bárcena insistió en que la estrategia incluye la colaboración de la Profepa y otras dependencias, pero no se mencionaron recursos específicos ni sanciones claras para quienes incumplan. La falta de detalles sobre el presupuesto y la logística genera escepticismo sobre la viabilidad de un plan tan ambicioso.
Mientras el gobierno de Sheinbaum se jacta de su compromiso ambiental, la realidad es que México enfrenta una crisis de contaminación que va más allá de las playas. La Estrategia Nacional suena prometedora, pero su éxito dependerá de una ejecución efectiva y no solo de discursos en la mañanera.
La ciudadanía espera resultados concretos, no solo fotos de voluntarios recogiendo basura. Si el gobierno de Morena quiere demostrar que esta iniciativa no es solo un montaje, deberá mostrar avances tangibles y no solo promesas de un futuro verde.

Compartir:

Noticias Relacionadas