Las intensas lluvias del pasado 2 de junio dejaron un rastro de devastación en Iztapalapa, con cientos de familias afectadas por inundaciones que arrasaron con muebles, electrodomésticos y hasta vehículos. La jefa de gobierno, Clara Brugada, visitó la zona para prometer ayuda, pero los vecinos, hartos de promesas, exigen soluciones reales ante un problema que se repite año tras año.
En la colonia Ejército de Oriente, una de las más golpeadas, el agua superó el metro de altura en cuestión de minutos. Casas llenas de lodo, pertenencias destruidas y calles colapsadas son el panorama que enfrentan los habitantes. Muchos, como Josefina Hernández, de 61 años, narran noches enteras sacando agua con cubetas, solo para descubrir que sus muebles y electrodomésticos ya no sirven.
Brugada anunció un censo para evaluar los daños y la activación de un seguro contratado por el gobierno capitalino. Según la mandataria, este seguro cubrirá las pérdidas en viviendas y, en algunos casos, en vehículos no asegurados privadamente. Sin embargo, los vecinos recuerdan que promesas similares se han hecho antes sin resultados concretos.
El gobierno de la Ciudad de México desplegó 700 elementos de diversas dependencias para atender la emergencia. Brigadas de Protección Civil, Obras Públicas y Seguridad Ciudadana trabajan en la limpieza de calles, desazolve de drenajes y desinfección de viviendas. También se instalaron carpas para repartir alimentos calientes a las familias afectadas.
La Secretaría de Atención Ciudadana reporta que hasta ahora se han contabilizado 405 viviendas con daños, desde pérdidas menores hasta estructuras gravemente afectadas. La Secretaría de Salud ofrece consultas médicas, vacunaciones y orientación para evitar riesgos sanitarios, mientras que la Secretaría de Obras promete acelerar la limpieza de las zonas inundadas.
Entre las medidas a largo plazo, Brugada aseguró que en 15 días comenzará la construcción de un colector pluvial en Ejército de Oriente, una obra que, según ella, lleva años planeada pero que fue detenida por oposición vecinal. Ahora, argumenta, se hará por “razones de protección civil”, aunque no explicó por qué no se priorizó antes.
Los habitantes de Iztapalapa, sin embargo, no ocultan su frustración. Muchos denuncian que las inundaciones son un problema recurrente que las autoridades no han sabido resolver. Calles como Calzada Ignacio Zaragoza y avenidas colindantes con el Estado de México se convirtieron en ríos, afectando no solo casas, sino también el transporte público y la movilidad.
La alcaldesa de Iztapalapa, Aleida Alavés, reconoció la gravedad de la situación, pero señaló que la cobertura del seguro depende de las evaluaciones de las aseguradoras, lo que ha generado tensiones con los vecinos. Algunos incluso bloquearon vialidades para exigir garantías de que sus pérdidas serán cubiertas.
El gobierno capitalino también anunció una asamblea vecinal para este fin de semana, donde se discutirán los avances y las próximas acciones. Mientras tanto, las familias afectadas siguen esperando no solo ayuda inmediata, sino soluciones definitivas que eviten que cada temporada de lluvias se convierta en una pesadilla.
La pregunta sigue en el aire: ¿será esta la ocasión en que el gobierno cumpla con sus promesas, o volveremos a ver a Iztapalapa bajo el agua el próximo año? Los vecinos, por ahora, no tienen muchas esperanzas.