Autoridades y activistas exigen que la Comisión Nacional del Agua analice de inmediato la calidad del agua en el arroyo El Capitán, en el municipio de García, Nuevo León, tras el preocupante hallazgo de peces y otras especies muertas en sus aguas.
El reporte de fauna sin vida ha encendido las alarmas entre los habitantes de la zona, quienes temen que el arroyo esté contaminado por descargas industriales o residuos no tratados, un problema que podría afectar tanto al ecosistema como a la salud de las comunidades cercanas.
La regidora local, María Fernanda Pérez, fue quien dio a conocer la situación, señalando que los reportes ciudadanos indican una mortandad inusual de peces, tortugas y otras especies que habitan el arroyo, lo que sugiere un daño ambiental significativo.
Pérez ha solicitado formalmente a la Conagua que realice un análisis exhaustivo del agua para determinar las causas de esta mortandad y establecer si existen contaminantes químicos o biológicos que estén afectando el cauce.
Organizaciones ambientalistas locales han respaldado esta petición, destacando que el arroyo El Capitán es vital para el equilibrio ecológico de la región, ya que conecta con otros cuerpos de agua y sostiene diversas formas de vida silvestre.
Este no es el primer caso de contaminación en cuerpos de agua en Nuevo León; en abril de 2025, el arroyo La Talaverna sufrió un derrame de cloruro ferroso y agua ácida, lo que provocó la muerte de tortugas y otros animales, según reportes oficiales.
La Conagua aún no ha emitido una respuesta oficial sobre esta solicitud, pero se espera que inicie las investigaciones en los próximos días para esclarecer las causas de este nuevo incidente ambiental.
La situación en el arroyo El Capitán pone en evidencia la necesidad de reforzar las políticas de monitoreo y protección de los recursos hídricos en el estado, ante el creciente impacto de actividades industriales y urbanas.
Los habitantes de García y activistas ambientales seguirán vigilantes, exigiendo transparencia y acciones concretas para garantizar la salud de los ecosistemas locales y evitar más daños a la biodiversidad.
La muerte de estas especies es una señal de alerta que no puede ignorarse, y la respuesta de las autoridades será clave para determinar el futuro de este importante cuerpo de agua en Nuevo León.