El estado de Chihuahua se encuentra entre los más endeudados de México en proporción a sus ingresos disponibles, según el reciente informe de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Aunque la entidad mantiene una evaluación general favorable, hay detalles que encienden las alarmas sobre su manejo financiero.
El Sistema de Alertas de la SHCP, correspondiente al primer trimestre de 2025, revela que Chihuahua registró un nivel de deuda pública y obligaciones equivalente al 88.5 por ciento de sus ingresos de libre disposición. Este porcentaje, aunque alto, se mantiene dentro del rango considerado sostenible, obteniendo una calificación verde en este indicador.
Sin embargo, no todo es positivo. El indicador que mide el servicio de la deuda respecto a los ingresos disponibles alcanzó un 8.8 por ciento, lo que le valió una calificación amarilla. Esto significa que el estado está bajo observación, ya que este nivel refleja áreas de atención en su perfil financiero.
Por otro lado, en el rubro de obligaciones a corto plazo, como pagos a proveedores y contratistas, Chihuahua obtuvo un sólido 0.8 por ciento, logrando una calificación verde. Este resultado permite al estado acceder a financiamiento adicional de hasta el 15 por ciento de sus ingresos, conforme a la Ley de Disciplina Financiera.
Un punto a destacar es que la administración de la gobernadora Maru Campos ha logrado reducir el saldo de la deuda pública de largo plazo. En el primer trimestre de 2025, la deuda pasó de 34 mil 896 millones de pesos a 34 mil 529 millones, una disminución de más de 366 millones de pesos.
Este ajuste refleja un esfuerzo por mejorar las finanzas estatales, aunque Chihuahua aún enfrenta retos significativos. La deuda per cápita del estado es la segunda más alta del país, solo superada por Nuevo León, lo que pone presión sobre las autoridades locales.
El informe de Hacienda también señala que, a pesar de la reducción, Chihuahua sigue en una posición delicada. La sostenibilidad de su deuda depende de mantener un equilibrio cuidadoso, especialmente en el manejo del servicio de la deuda, que continúa siendo un punto de preocupación.
La gestión financiera de Chihuahua, bajo el gobierno de Maru Campos, muestra avances, pero no está exenta de críticas. La calificación amarilla en uno de los indicadores sugiere que se necesitan acciones más firmes para garantizar la estabilidad económica a largo plazo.
Mientras tanto, el acceso a financiamiento adicional podría ser una herramienta clave para impulsar proyectos en el estado, siempre y cuando se manejen con transparencia y responsabilidad. Los chihuahuenses esperan que estas decisiones se traduzcan en beneficios reales para la población.
El panorama financiero de Chihuahua, aunque sostenible, sigue siendo un tema que genera debate. La reducción de la deuda es un paso en la dirección correcta, pero los indicadores en observación recuerdan que no hay margen para descuidos en la administración estatal.