Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente de México y actual secretario de Organización de Morena, ha desatado controversia al exigir que no se le llame “Andy”. En un evento reciente, expresó que el apodo busca demeritar el legado de su padre, a quien calificó como “el mejor presidente que ha tenido este país”. Su declaración ha generado revuelo en redes sociales y medios de comunicación.
Durante su intervención en Tlatelolco, López Beltrán aseguró que la oposición evita usar su nombre completo porque “les da miedo” lo que representa. Según él, el nombre Andrés Manuel es un símbolo del movimiento de la Cuarta Transformación, y reducirlo a “Andy” es un intento de restarle importancia a su identidad y al legado político de su padre.
El morenista también aprovechó para arremeter contra los medios de comunicación, calificándolos de “quemados” y sin credibilidad. Afirmó que no participa en entrevistas ni aparece en programas porque considera que estos han perdido toda relevancia. Sus palabras reflejan una postura de confrontación hacia el periodismo crítico que ha cuestionado su papel y el de su familia en la política.
López Beltrán, quien asumió el cargo de secretario de Organización de Morena en septiembre de 2024, ha estado en el ojo público por su creciente influencia dentro del partido. Su posición le otorga un papel clave en la movilización de militantes y en la organización de eventos, lo que lo ha convertido en una figura central en la estrategia de Morena rumbo a futuros procesos electorales.
Sin embargo, su ascenso no ha estado exento de críticas. Diversos sectores han señalado que su liderazgo en Morena podría ser un reflejo de nepotismo, dado su vínculo directo con el expresidente. Las acusaciones sobre presuntos negocios ligados a sus amigos cercanos, como los reportados en contratos gubernamentales, han alimentado el escrutinio sobre su figura.
En el evento, López Beltrán también defendió el proyecto de la Cuarta Transformación, pidiendo a los legisladores y militantes de Morena que trabajen para consolidar el partido. Su meta, según ha reiterado en varias ocasiones, es alcanzar los 10 millones de afiliados, un objetivo ambicioso que busca fortalecer la base del movimiento.
Las declaraciones del hijo del expresidente han generado reacciones encontradas. Mientras sus seguidores aplauden su defensa del legado de su padre, críticos argumentan que su rechazo al apodo “Andy” y su actitud hacia los medios muestran una postura arrogante y poco abierta al diálogo.
Este episodio se suma a la polémica en torno a López Beltrán, quien ha sido señalado por su supuesta implicación en redes de influencia y negocios durante el sexenio de su padre. A pesar de las acusaciones, él ha mantenido un discurso de lealtad al proyecto de Morena y de rechazo a las críticas que, según él, buscan desestabilizar al movimiento.
La controversia sobre su nombre y su papel en Morena sigue dando de qué hablar, mientras López Beltrán se posiciona como una figura cada vez más visible en el panorama político mexicano. Su futuro dentro del partido y su relación con los medios seguirán siendo temas de debate en los próximos meses.

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¡Andrés Manuel López Beltrán exige respeto a su nombre y lanza críticas a los medios!
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