Leonardo Lomelí, rector de la UNAM, ha lanzado un enérgico llamado a fortalecer la ciencia, la tecnología y la industria en México. En un contexto donde el país enfrenta retos económicos y geopolíticos, Lomelí insiste en que la soberanía nacional depende de una política industrial y científica robusta. Su mensaje resuena como un desafío para el gobierno y la sociedad.
Durante un evento reciente, el rector destacó que México no puede conformarse con posiciones intermedias en el concierto global. Propuso una estrategia integral que combine ciencia, tecnología y producción industrial. Según Lomelí, esta es la clave para que el país recupere su autonomía y compita en un mundo cada vez más exigente.
El rector señaló que la inversión en ciencia y tecnología en México es alarmantemente baja. En 2021, el país destinó apenas el 0.28 por ciento del PIB a investigación y desarrollo, frente al 3.46 por ciento de Estados Unidos o el 3.3 por ciento de Japón. Estas cifras, afirmó, reflejan un rezago que limita el desarrollo nacional.
Lomelí también resaltó la necesidad de formar y retener talento mexicano. Actualmente, México cuenta con solo 384 investigadores de tiempo completo por millón de habitantes, una cifra muy por debajo de países como Japón, con 5,640, o Estados Unidos, con 4,450. Este déficit, advirtió, frena la capacidad del país para innovar y patentar.
En su discurso, el rector abogó por establecer presupuestos multianuales para la educación superior y la ciencia. Esta medida, aseguró, permitiría alcanzar el objetivo de invertir el 1 por ciento del PIB en ciencia y tecnología a mediano plazo. También propuso aumentar en medio punto porcentual los recursos para la educación superior.
La propuesta de Lomelí incluye generar un círculo virtuoso entre crecimiento económico, mayor cobertura educativa y un sistema nacional de ciencia más robusto. Con una visión humanista, el rector subrayó que el conocimiento debe ser un bien común que fortalezca la soberanía intelectual del país.
El llamado del rector no solo apunta al gobierno, sino también a las instituciones y la sociedad en general. Lomelí enfatizó que la colaboración entre estos sectores es esencial para construir un México más competitivo y autónomo. La ciencia, dijo, no es un gasto, sino una inversión estratégica para el futuro.
En un momento donde la soberanía nacional está en el centro del debate, las palabras de Lomelí invitan a reflexionar sobre el papel de la ciencia en el desarrollo del país. Su propuesta busca sentar las bases para un México que no dependa de potencias extranjeras y que aproveche su talento interno.
La UNAM, bajo el liderazgo de Lomelí, se posiciona como un actor clave en esta lucha por la soberanía científica. La institución, que produce el 25 por ciento de los artículos científicos del país, busca ser el motor de un cambio estructural que beneficie a todos los mexicanos.
El mensaje del rector es claro: sin una apuesta decidida por la ciencia y la tecnología, México no logrará consolidar su independencia. La pregunta ahora es si el gobierno y la sociedad responderán a este desafío con acciones concretas.