Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.

Un condón de 200 años con un grabado erótico que sorprende al mundo

El Rijksmuseum de Ámsterdam ha inaugurado una exposición que está dando de qué hablar: un condón de casi 200 años de antigüedad, fabricado alrededor de 1830, se presenta como una pieza única que combina historia, arte y sexualidad. Este objeto, probablemente elaborado con el intestino ciego de una oveja, es un raro ejemplo de los anticonceptivos de la época.
Lo que hace especial a este condón es su decoración: un grabado erótico que muestra a una monja en una pose provocativa, señalando a tres clérigos con sus genitales expuestos. La imagen, lejos de ser solo un detalle subido de tono, ofrece una ventana al mundo de la sexualidad y la prostitución en el siglo XIX, según el museo.
La pieza, de la que solo se conocen dos copias en el mundo, es posiblemente un souvenir de un burdel de lujo, quizás parisino. Su diseño no solo refleja el lado lúdico de la época, sino también los temores de entonces, como el miedo a enfermedades venéreas como la sífilis o a embarazos no deseados.
El condón forma parte de la exposición “¿Sexo Seguro?”, que explora el trabajo sexual y la salud en el siglo XIX. La curadora Joyce Zelen explica que el grabado está inspirado en el mito griego del Juicio de París, donde un príncipe troyano elige a la diosa más bella. Esto sugiere que el comprador de este objeto era alguien culto y sofisticado.
El museo adquirió esta pieza en una subasta hace seis meses, pero decidió mantener la compra en secreto hasta el inicio de la exposición, que estará abierta hasta finales de noviembre. Es la primera vez que el Rijksmuseum incluye un condón con grabado en su vasta colección de 750,000 dibujos y grabados.
En el siglo XIX, los condones no eran comunes ni bien vistos. Se vendían en secreto, principalmente en burdeles o barberías, y su eficacia era limitada. Estaban hechos de materiales como lino o membranas animales, lo que los hacía poco confiables contra enfermedades o embarazos.
La inscripción en francés “Voila, mon choix” (Esta es mi elección) en el condón hace referencia a la pintura de Pierre-Auguste Renoir “El Juicio de París”. Este detalle resalta la conexión entre el arte y los objetos cotidianos de la época, incluso en contextos tan inesperados como este.
La exposición del Rijksmuseum no solo presenta este curioso objeto, sino que invita a reflexionar sobre cómo la sociedad del siglo XIX lidiaba con la sexualidad, la moral y la salud. El condón, con sus 20 centímetros de largo, también era un artículo promocional que buscaba captar la atención de sus compradores.
Este hallazgo ha generado interés mundial, no solo por su rareza, sino por lo que revela sobre las costumbres de una era marcada por tabúes y restricciones. La pieza estará en exhibición hasta finales de noviembre, ofreciendo a los visitantes una mirada única a un pasado tan fascinante como controversial.
El Rijksmuseum, conocido por su colección de obras maestras del Siglo de Oro neerlandés, demuestra con esta exposición que el arte puede encontrarse en los objetos más inesperados, incluso en un condón que, dos siglos después, sigue sorprendiendo y generando conversación.

Compartir:

Noticias Relacionadas