La presidenta Claudia Sheinbaum se reunió este miércoles en Palacio Nacional con empresarios y funcionarios para abordar la crisis desatada por los aranceles impuestos por Estados Unidos. La tensión comercial con el gobierno de Donald Trump ha puesto en jaque la economía mexicana, y esta reunión busca desesperadamente encontrar soluciones para proteger los empleos y la industria nacional.
El encuentro, que tuvo lugar de manera virtual, incluyó a los secretarios de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y de Economía, Marcelo Ebrard. La discusión se centró en los devastadores aranceles del 50% al acero y aluminio mexicanos, una medida que Trump oficializó mediante una orden ejecutiva. Sheinbaum calificó esta decisión como “injusta e insostenible”, argumentando que encarece los costos de los productos y pone en riesgo la competitividad de México.
La reunión no solo buscó evaluar el impacto económico, sino también diseñar estrategias para contrarrestar las medidas de Washington. México, como tercer mayor exportador de acero a Estados Unidos, enfrenta un panorama complicado. Sectores clave como la industria automotriz, la construcción y la aeroespacial podrían sufrir un duro golpe si no se logra negociar una solución.
Sheinbaum dejó claro que su gobierno no busca un conflicto comercial, pero tampoco se quedará de brazos cruzados. “Nuestra responsabilidad es proteger los empleos”, afirmó la mandataria, subrayando que cualquier respuesta mexicana será para defender los intereses nacionales sin caer en represalias innecesarias. Sin embargo, las críticas no se hicieron esperar: ¿es suficiente esta postura frente a la agresividad comercial de Trump?
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, destacó la coordinación entre el gobierno y el sector privado. “Fue una reunión eficaz para cerrar filas y defender las razones de México”, señaló. Ebrard tiene programado un encuentro este viernes con el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, para intentar negociar una reducción de los aranceles. La pregunta es si estas conversaciones lograrán resultados concretos o solo serán promesas vacías.
La presidenta también criticó la disparidad en el trato comercial, ya que Reino Unido mantiene aranceles del 25% mientras México enfrenta el 50%. Esta diferencia, según Sheinbaum, pone en desventaja a la industria mexicana y amenaza la estabilidad económica. La industria del acero y el aluminio, vital para estados como Nuevo León, podría enfrentar pérdidas millonarias si no se actúa con rapidez.
El sector empresarial, representado por figuras como Altagracia Gómez, coordinadora del Consejo Coordinador de Desarrollo Económico, expresó su compromiso con el Plan México. Esta estrategia busca fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones, pero su implementación enfrenta retos enormes en un contexto de incertidumbre global. ¿Podrá este plan ser la salvación ante la crisis arancelaria?
La reunión de este miércoles es solo un capítulo más en la tensa relación comercial con Estados Unidos. Mientras Sheinbaum y su equipo buscan soluciones, la presión crece para evitar una recesión económica. Los mexicanos esperan respuestas claras y acciones efectivas, pero el tiempo juega en contra y las promesas de diálogo podrían no ser suficientes para calmar los ánimos.