En un golpe sin precedentes, autoridades federales desmantelaron un peligroso depósito de armas en Monterrey, Nuevo León, donde capturaron a tres hombres en posesión de un arsenal que pone en evidencia la grave crisis ԁe inseguridad que azota al país.
Los operativos, ejecutados por la Agencia de Investigación Criminal en coordinación con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional, se llevaron a cabo en dos puntos clave de la ciudad: las colonias Mitras Centro y Cumbres Primer Sector.
En total, se aseguraron 64 armas de fuego, incluyendo rifles y pistolas, junto con más de 3,500 cartuchos útiles y 115 cargadores, un hallazgo que refleja la magnitud del problema del tráfico de armas en México.
Además, las autoridades confiscaron tres vehículos y dos inmuebles que, según investigaciones, eran utilizados como centros de almacenamiento para este armamento, presuntamente destinado a grupos del crimen organizado.
El titular de la Secretaría de Seguridad, Omar García Harfuch, destacó que los cateos fueron resultado de un trabajo de inteligencia que permitió identificar los predios donde se ocultaba este arsenal, mostrando un esfuerzo coordinado entre distintas instituciones.
Sin embargo, este decomiso pone en la mira la falta de control efectivo sobre el flujo de armas en el país, un problema que sigue alimentando la violencia y que parece desbordar las estrategias del gobierno federal.
Los detenidos, identificados como Christian H., Luis G. y otro hombre con el mismo nombre, enfrentan cargos por violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, aunque aún no se ha revelado si están ligados directamente a algún cártel.
Entre lo asegurado, también se encontró maquinaria para fabricar cartuchos, lo que sugiere que los responsables no solo almacenaban, sino que podrían estar produciendo municiones, agravando el panorama de inseguridad.
Este operativo, aunque significativo, deja preguntas abiertas sobre cuántos arsenales similares podrían estar operando en otras ciudades, mientras la violencia sigue afectando a las comunidades de Nuevo León y el resto de México.
La detención de estos tres hombres y el decomiso del armamento son apenas un paso en la lucha contra el crimen organizado, pero la magnitud de lo encontrado subraya la urgencia de acciones más contundentes para frenar esta amenaza.