El gobierno de México, encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, se enfrenta a una nueva ofensiva económica desde Estados Unidos. La administración de Donald Trump ha decidido aumentar los aranceles al acero y aluminio mexicanos del 25% al 50%, una medida que el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha calificado de profundamente injusta. Este incremento, que afecta directamente a las exportaciones mexicanas, podría tener graves consecuencias para la economía nacional.
Marcelo Ebrard, figura clave en el gabinete de Sheinbaum, ha denunciado que esta decisión carece de sentido económico. Según el funcionario, Estados Unidos mantiene un superávit comercial con México en estos metales, lo que significa que importa más acero y aluminio de lo que México envía. Imponer un arancel en estas condiciones, afirmó Ebrard, es una estrategia ilógica que no responde a necesidades comerciales reales.
El impacto de estos aranceles no se limita a México. Canadá, principal proveedor de acero y aluminio a Estados Unidos, también enfrenta esta carga del 50%, junto con otros países como Brasil, Corea del Sur, Vietnam y China. Trump justifica la medida argumentando que los aranceles anteriores del 25% no han sido suficientes para fortalecer la industria estadounidense, citando necesidades de defensa nacional y estabilidad de precios.
Ebrard anunció que este viernes viajará a Washington para presentar los argumentos de México y exigir la exclusión del país de esta medida, como ocurrió previamente con el Reino Unido. El secretario señaló que los aranceles no solo son insostenibles a largo plazo, sino que tendrán un impacto económico significativo tanto en México como en Estados Unidos, afectando sectores clave como el automotriz, la construcción y la electrónica.
La postura del gobierno mexicano es clara: estos aranceles son un error estratégico. Ebrard destacó que la integración económica entre México y Estados Unidos es una de las más sólidas del mundo. Alterar esta dinámica con medidas proteccionistas podría encarecer productos esenciales y dañar las cadenas de suministro que benefician a ambos países.
El anuncio de Trump ha generado incertidumbre en los mercados globales. Wall Street cerró con pérdidas tras la confirmación de los aranceles, reflejando el temor a una posible recesión en Estados Unidos. Expertos advierten que el aumento de costos en acero y aluminio podría traducirse en precios más altos para consumidores en productos como automóviles, electrodomésticos y latas de bebidas.
México no está solo en su respuesta. Canadá ha prometido medidas retaliatorias, incluyendo aranceles a productos estadounidenses como computadoras y artículos deportivos. La Unión Europea también ha anunciado contraaranceles, lo que sugiere un escalamiento en las tensiones comerciales globales. En este contexto, México busca mantener una postura firme pero negociadora.
La administración de Sheinbaum enfrenta un desafío crucial. Mientras Ebrard busca revertir esta medida en Washington, la presidenta ha enfatizado que México no se quedará de brazos cruzados. La estrategia incluye trabajar de cerca con la industria mexicana, especialmente con los productores de acero, para mitigar los efectos de esta política.
El panorama económico se complica para México, donde el 80% de las exportaciones tienen como destino Estados Unidos. Los aranceles amenazan con afectar más de 20,000 millones de dólares en ventas mexicanas, según estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad. Esto representa un duro golpe para un país que depende en gran medida de su relación comercial con su vecino del norte.
La batalla por la exención de estos aranceles apenas comienza. México confía en que la lógica económica y los acuerdos previos, como el T-MEC, permitirán encontrar una solución. Sin embargo, la postura proteccionista de Trump plantea un escenario incierto que podría redefinir las relaciones comerciales en la región.

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
México exige justicia ante los aranceles desmedidos de EE.UU. al acero y aluminio
Compartir: