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La UNAM advierte: las lluvias extremas en el Estado de México son solo el comienzo de un fenómeno mayor

Recientes precipitaciones en el Estado de México han dejado a su paso inundaciones, caos vial y miles de afectados, pero la Universidad Nacional Autónoma de México ha emitido una advertencia contundente: lo vivido en los últimos días es apenas un aviso de lo que está por venir. Según expertos de la máxima casa de estudios, las lluvias que azotaron la región el pasado lunes alcanzaron niveles históricos, con un volumen de agua equivalente a llenar una presa como la Madín.
El Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM señaló que en una sola tarde cayeron 10.2 millones de metros cúbicos de agua en el Valle de México. Este fenómeno, descrito como una “megatormenta”, superó las capacidades de los sistemas de drenaje en varios municipios mexiquenses, dejando calles anegadas, viviendas afectadas y vehículos atrapados en corrientes de agua.
Los municipios más impactados incluyeron Nezahualcóyotl, Ecatepec, Tlalnepantla, Atizapán de Zaragoza y Toluca, donde las autoridades locales lucharon por controlar las inundaciones. En algunas zonas, el agua alcanzó hasta un metro de altura, afectando comercios, hogares y vialidades principales como la Vía López Portillo y la carretera México-Puebla. Protección Civil del Estado de México reportó que las lluvias estuvieron acompañadas de granizo y fuertes vientos, lo que agravó las condiciones.
La UNAM destacó que estas lluvias extremas son un reflejo del cambio climático, con patrones meteorológicos cada vez más intensos e impredecibles. Los expertos advierten que el aumento en la frecuencia e intensidad de estos eventos podría superar la infraestructura actual, diseñada para condiciones menos severas. Esto pone en riesgo a millones de habitantes en el Valle de México, especialmente en zonas vulnerables a inundaciones.
El fenómeno no es aislado. Según los investigadores, la combinación de canales de baja presión, humedad proveniente del Pacífico y el Golfo de México, y la urbanización descontrolada han creado las condiciones perfectas para estas tormentas. La deforestación y la acumulación de basura en drenajes también contribuyen a que el agua no pueda fluir adecuadamente, incrementando el impacto de las precipitaciones.
En respuesta, la UNAM ha activado una red de alerta para monitorear estos fenómenos y prevenir desastres mayores. Los científicos instan a las autoridades a invertir en infraestructura resiliente, como sistemas de drenaje mejorados y áreas de captación de agua, para mitigar los efectos de futuras tormentas. También se recomienda a la población mantenerse informada y preparada ante la posibilidad de más lluvias extremas.
La situación en el Estado de México pone en evidencia la urgencia de abordar el cambio climático a nivel local y global. Los expertos señalan que, sin medidas concretas, las megatormentas podrían convertirse en la nueva normalidad, con consecuencias devastadoras para la población y la economía. Municipios como Nezahualcóyotl y Ecatepec, ya golpeados por inundaciones recientes, son un recordatorio de la vulnerabilidad de la región.
A medida que la temporada de lluvias continúa, los mexiquenses enfrentan un panorama incierto. La UNAM subraya que la preparación y la acción coordinada entre gobierno, instituciones y ciudadanos serán clave para enfrentar los retos que el clima impone. Las lluvias del pasado lunes no fueron solo un evento aislado, sino una advertencia clara de los desafíos que el futuro inmediato podría traer.

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