El lunes pasado, la presa alcanzó un nivel crítico de 4.7 metros, casi al límite de su capacidad. Operagua y la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) iniciaron un desfogue para evitar un desbordamiento mayor. Sin embargo, el agua liberada se desvió hacia avenidas como Quetzal, Jade y Topacio, causando estragos en las comunidades cercanas. Los habitantes reportan que el líquido entró a sus hogares, dañando muebles y pertenencias.
A pesar de los esfuerzos, el nivel de la presa solo bajó dos metros tras horas de trabajo. Las autoridades aseguran que el desfogue es una medida preventiva para mantener la capacidad de almacenamiento del embalse. Sin embargo, los vecinos denuncian que estas acciones no son suficientes y que las inundaciones son un problema recurrente cada temporada de lluvias.
Personal de Servicios Públicos y Operagua retiró 40 metros cúbicos de basura de la presa, un factor que agrava el riesgo de desbordamiento. Además, se detectó una tubería colapsada que obstruía el flujo de agua, lo que obligó a las autoridades a intervenir con equipo especializado. Estas tareas, aunque necesarias, no evitaron que el agua afectara a las colonias más vulnerables.
En la comunidad de Ejidal San Isidro, los residentes colocaron costales de arena en un intento desesperado por proteger sus hogares. Calles como Galeana y Topacio quedaron anegadas, dejando a familias atrapadas y con pérdidas materiales. Operagua reportó que atendió casas afectadas con equipos de hidrosucción para limpiar fosas sépticas y cisternas, pero los daños ya estaban hechos.
El gobierno municipal, liderado por Daniel Serrano, ha sido criticado por su respuesta tardía. Vecinos aseguran que las autoridades no se presentaron de inmediato para brindar apoyo, dejándolos solos ante la emergencia. La falta de comunicación clara y la demora en las acciones han generado indignación entre los afectados.
La presa El Ángulo, que recibe aguas residuales de Atizapán de Zaragoza, sigue siendo un foco rojo para Cuautitlán Izcalli. A pesar de los trabajos de mantenimiento, como el desazolve y la colocación de costales, los desbordamientos son una constante. Los habitantes exigen soluciones permanentes, como la modernización de las compuertas, que tienen más de 40 años de antigüedad.
La CAEM y Operagua han prometido continuar el monitoreo de la presa para evitar más incidentes. Sin embargo, la desconfianza prevalece entre los ciudadanos, quienes temen que las lluvias previstas para los próximos días agraven la situación. La falta de una estrategia integral pone en riesgo a miles de personas en las zonas aledañas.
Este no es un problema nuevo. En años anteriores, como en 2019 y 2021, la presa El Ángulo ya había causado estragos similares. A pesar de las promesas de las autoridades, las inundaciones persisten, afectando a comunidades vulnerables y evidenciando la incapacidad del gobierno local para resolver este problema estructural.
Mientras los habitantes de Cuautitlán Izcalli lidian con las consecuencias del desfogue, la pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo seguirán soportando las mismas promesas vacías? La presa El Ángulo continúa siendo una amenaza latente, y la falta de acción efectiva del gobierno municipal pone en jaque la seguridad y el bienestar de miles de familias.