La creciente ola de violencia en México ha transformado el mercado de los vehículos blindados. En 2025, se espera que se blinden cerca de 4,000 autos en el país, un aumento del 10% respecto al año anterior. La Asociación Mexicana de Blindadores de Automotores (AMBA) señala que la inseguridad es el principal motor de esta tendencia, con ciudades como Ciudad de México, Estado de México, Guadalajara y Monterrey liderando la demanda.
Ya no son solo políticos o empresarios de alto perfil quienes buscan protección. La percepción de peligro ha llevado a que cada vez más particulares, empresas y gobiernos opten por blindar sus vehículos. Los asaltos violentos, bloqueos carreteros y el uso de armas más sofisticadas por parte de delincuentes han hecho que el blindaje sea visto como una necesidad, no un lujo.
El blindaje de nivel tres, que resiste disparos de armas como la Magnum 44, domina el mercado. En 2024, este tipo de protección representó el 65% de las solicitudes, pero este año su participación ha crecido al 72%. Esto refleja un cambio en la mentalidad de los ciudadanos, que buscan mayor seguridad ante un entorno cada vez más hostil.
Las sirenas y los enfrentamientos armados son parte del día a día en muchas regiones. La violencia, antes concentrada en áreas específicas, ahora se extiende a más zonas del país. Los robos a vehículos ya no solo involucran armas blancas; los delincuentes emplean armamento más avanzado, lo que empuja a los ciudadanos a tomar medidas extremas para protegerse.
Esteban Hernández, presidente de la AMBA, advierte que los asaltos son cada vez más impredecibles y violentos. Los datos respaldan esta preocupación: en el primer semestre de 2023, la venta de autos blindados creció un 29% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este aumento no parece detenerse, ya que la inseguridad no da tregua.
La industria del blindaje está viviendo un auge sin precedentes. Las empresas afiliadas a la AMBA, que controlan más del 65% del mercado, reportan un incremento en todos los niveles de protección balística. Sin embargo, este crecimiento también plantea retos, como garantizar la calidad de los materiales y evitar que los blindajes caigan en manos de la delincuencia organizada.
El perfil del comprador de autos blindados ha cambiado. Hace una década, solo un grupo selecto recurría a estas medidas. Hoy, la diversificación de los clientes incluye a familias, pequeñas empresas y hasta profesionales que buscan protegerse en su día a día. La inseguridad ha democratizado el acceso a esta industria, aunque a un costo elevado.
Sergio Loyola, director de la Asociación de la Superación por México, destaca que las asociaciones están trabajando para orientar a los ciudadanos. La meta es explicar qué tipo de blindaje se necesita según el estilo de vida, desde vehículos de alta gama hasta modelos más discretos diseñados para entornos urbanos.
El aumento en la demanda de autos blindados refleja un problema mayor: la falta de acción efectiva contra la inseguridad. Mientras los índices de violencia sigan en ascenso, esta industria seguirá creciendo. México, que ya ocupa el segundo lugar en América Latina en blindaje de vehículos, solo por detrás de Brasil, parece lejos de revertir esta tendencia.
La realidad es clara: los ciudadanos están tomando medidas para protegerse ante un panorama donde la seguridad pública parece insuficiente. Los vehículos blindados, aunque costosos, se han convertido en una herramienta más para enfrentar la incertidumbre que define a muchas regiones del país.

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La inseguridad dispara la demanda de autos blindados en México
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