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Estudiantes cubanos se rebelan contra el tarifazo de internet que amenaza su educación

En Cuba, un movimiento estudiantil sin precedentes está tomando forma en la Universidad de La Habana y otras facultades del país. Los jóvenes han alzado la voz contra las nuevas tarifas impuestas por ETECSA, la empresa estatal de telecomunicaciones, que han restringido drásticamente el acceso a internet móvil, un recurso esencial para su formación académica.
Las medidas, que entraron en vigor el viernes pasado, limitan los paquetes de datos subsidiados a solo 6 gigabytes, un cambio que ha desatado indignación entre los estudiantes. Muchos aseguran que estas tarifas, que exigen recargas en dólares desde el extranjero, son inalcanzables para la mayoría de la población cubana, incluidos los universitarios.
La Universidad de La Habana se ha convertido en el epicentro de las protestas. Estudiantes de al menos seis facultades han convocado a un paro indefinido, exigiendo que ETECSA revierta las restricciones y garantice un acceso a internet justo y asequible. La tensión en los campus crece, y los organizadores han dejado claro que no darán marcha atrás hasta que sus demandas sean escuchadas.
La Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de la Facultad de Psicología se ha sumado al movimiento, denunciando que las tarifas no solo limitan el acceso a la red, sino que también agravan la brecha educativa en un país donde los recursos digitales son cada vez más necesarios. Los estudiantes han señalado que el costo de los datos móviles supera, en muchos casos, el salario mensual de profesionales como médicos.
A través de las redes sociales, se han difundido videos y comunicados que muestran la determinación de los jóvenes. Algunos han calificado las medidas de ETECSA como un “asalto a mano armada”, destacando que los planes de datos en dólares son una barrera más en un contexto de crisis económica y energética que ya afecta a toda la isla.
El malestar no es nuevo. En los últimos años, estudiantes cubanos han denunciado la falta de libertades y las restricciones impuestas por el gobierno, pero esta protesta marca un hito por su alcance y organización. La convocatoria al paro ha resonado en otras universidades del país, donde los estudiantes se están organizando de forma autónoma para unirse al movimiento.
Las autoridades, por su parte, no han emitido una respuesta oficial, pero la presión en las calles y en los campus es cada vez más evidente. Los estudiantes han advertido que, sin una solución, las protestas podrían escalar, afectando el normal desarrollo de las actividades académicas en las principales universidades de Cuba.
El acceso a internet se ha convertido en un derecho fundamental para los estudiantes, quienes dependen de la red para investigaciones, clases virtuales y comunicación. La imposibilidad de costear los nuevos planes de datos pone en riesgo su formación y agrava las desigualdades en un sistema educativo que ya enfrenta múltiples desafíos.
Voces críticas, como la del músico Kenny Robert, han respaldado a los estudiantes, señalando que el costo de los datos móviles es una muestra más de las políticas que asfixian a la población cubana. Otros, como el comediante Ulises Toirac, han cuestionado la pasividad de la sociedad frente a estas medidas, llamando a una mayor reacción colectiva.
El futuro del movimiento estudiantil es incierto, pero su impacto ya es innegable. Los jóvenes cubanos están demostrando que, a pesar de las restricciones, su voluntad de cambio es más fuerte que nunca. La lucha por un acceso justo a internet podría ser el comienzo de una nueva etapa de demandas en la isla.

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