Carlos Torres, esposo de la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, presentó su renuncia a los cargos honorarios que ocupaba en el gobierno estatal y en el Ayuntamiento de Tijuana. La decisión llega 24 días después de que Estados Unidos le revocara su visa de turista, un hecho que desató controversia y críticas hacia la administración de Morena en el estado.
Torres anunció su dimisión a través de redes sociales, argumentando que busca evitar que la situación sea utilizada como un arma política contra su esposa y el gobierno de Baja California. Su renuncia incluye el puesto de Coordinador de Proyectos Estratégicos en Tijuana y el de Coordinador de Proyectos de Regeneración de Espacios Públicos en el gobierno estatal.
La revocación de las visas de Torres y de la gobernadora Marina del Pilar, confirmada a principios de mayo, generó un torbellino de especulaciones. Ambos aseguraron que se trata de una medida administrativa del Departamento de Estado de Estados Unidos, sin acusaciones formales en su contra. Sin embargo, la falta de claridad sobre los motivos ha alimentado cuestionamientos sobre la transparencia de la pareja.
El caso tomó relevancia porque es la primera vez en la historia de Baja California que un gobernador en funciones pierde su visa estadounidense. La oposición, liderada por el PAN, ha exigido explicaciones detalladas, señalando que la situación podría dañar la relación bilateral con Estados Unidos, clave para un estado fronterizo como Baja California.
Torres, un exmilitante del PAN que se unió a Morena en febrero de 2025, fue señalado previamente por su apoyo a la controvertida “Ley Bonilla”, que buscaba extender el mandato del exgobernador Jaime Bonilla. Su papel en el gobierno estatal, aunque honorario, le otorgaba influencia en proyectos de urbanismo en ciudades como Tijuana y Mexicali.
En su comunicado, Torres insistió en que no enfrenta investigaciones en México ni en Estados Unidos. Añadió que su renuncia es temporal y que planea esclarecer la situación migratoria para recuperar su visa. Mientras tanto, expresó su respaldo total a la gestión de su esposa como gobernadora.
Marina del Pilar, por su parte, ha defendido la integridad de su esposo y minimizado el impacto de la revocación de las visas. En una conferencia de prensa, afirmó que no es un requisito tener visa para gobernar y que continuará trabajando con “la frente en alto” por el bienestar de los bajacalifornianos.
La presidenta Claudia Sheinbaum también salió en defensa de la gobernadora, cuestionando la decisión de Estados Unidos y exigiendo claridad sobre las razones detrás de la medida. Sin embargo, hasta el momento, el gobierno estadounidense no ha proporcionado detalles públicos, lo que mantiene el caso envuelto en incertidumbre.
El escándalo ha reavivado las críticas hacia el gobierno de Morena en Baja California, con sectores de la oposición y algunos medios locales acusando a la administración de falta de transparencia. Incluso el periodista Gustavo Macalpin, despedido en 2024 tras criticar a Torres, calificó a Marina del Pilar como una de las peores gestiones en la historia del estado.
A pesar de la controversia, la gobernadora mantiene un alto índice de aprobación, según encuestas recientes. Su administración ha destacado programas sociales y proyectos como la eliminación de impuestos a la venta de vino, aunque el caso de las visas sigue siendo un punto de tensión en su gestión.

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Esposo de Marina del Pilar renuncia a su cargo tras la polémica por la revocación de su visa en EU
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